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La UE apuesta por salvar al atún rojo

Los 27 apoyarán la propuesta de vetar el comercio internacional de la especie en peligro

DANIEL BASTEIRO

La Unión Europea defenderá, desde el sábado en Doha (Qatar), prohibir el comercio internacional del atún rojo, una especie que pescan mayoritariamente barcos europeos para exportar después hasta el 80% de las capturas a Japón. El atún rojo, muy apreciado por los amantes del sushi y el sashimi, será el tema central de la reunión de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), donde la postura europea es vista como determinante. La prohibición de la venta internacional se traducirá indirectamente en la reducción de la pesca, que en su modalidad artesanal podrá seguir practicándose, según el acuerdo alcanzado ayer por los embajadores de los 27.

La UE no pretende que el veto entre en vigor inmediatamente, sino sólo en mayo de 2011 y únicamente si el nuevo mapa de la población de atunes que nadan sobre todo en aguas mediterráneas y atlánticas confirma en noviembre que la especie sigue al borde del colapso.

Según ICCAT, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Rojo responsable de los informes, la población de esta especie se ha reducido un 74% en los últimos 50 años. Por ello, diversas organizaciones ecologistas reaccionaron con alivio a la decisión europea. 'Este apoyo coloca a Europa junto a otros países, como EEUU, que ya se han dado cuenta de que prohibir el comercio es la única medida para preservar el stock atlántico', dice Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana para Europa. Sin embargo, esta ONG lamenta que se hayan hecho algunas excepciones, pedidas entre otras por la ministra española, Elena Espinosa, empañando una voluntad que no debería admitir concesiones al sector pesquero.

De las 13.500 toneladas de cuota mundial para este año, a la UE corresponden 7.000, dentro de las cuales se encuentran las 2.525 españolas. El Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, cifra en casi 3.000 los empleos directos asociados a la pesca de atún rojo y algunas fuentes elevan hasta los 4.000 el número de puestos de trabajo indirectos implicados.

España aprobó finalmente la prohibición gracias a las excepciones logradas, que protegen a buena parte del sector. Además, Espinosa espera lograr compensaciones financieras en caso de que el veto obligue a pescadores andaluces o catalanes a cambiar de ocupación. Italia y Francia, países con pesqueros afectados, apoyaron también el veto, mientras que Malta se opuso en solitario. Suecia y Austria optaron por la abstención.

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