Ayudar al planeta con la optimización de los residuos textiles

-Actualizado a
Ir de rebajas, renovar cada año el armario, y además no mirar dónde se fabrica cada pieza de ropa que compramos, es mucho más contaminante de lo que pensamos. A escala global, se estima que se consumen cerca de 100.000 prendas de vestir al año. Según el Pacto para la Moda Circular, en los últimos 15 años se ha duplicado el número de piezas vendidas alrededor del mundo. Hay varios motivos que explican estas cifras, entre ellos el consumo vinculado a un capitalismo frenético que no tiene en cuenta los recursos limitados del planeta, y la vida útil de estas prendas, más breve debido a la baja calidad y a la celeridad de los cambios de tendencias, cada vez más frecuentes. Estas dinámicas también se trasladan a Cataluña: la Agència de Residus de Catalunya indica que cada persona consume entre 21,5 y 26 kilos de ropa anualmente y se desechan 147.000 toneladas de residuos textiles.
Mientras que la separación de residuos de plástico, papel y cartón, vidrio, residuos generales y orgánico es algo que la sociedad hace cada vez de forma más consciente en Catalunya, solo el 12% de los residuos textiles se recogen selectivamente, pese a que el objetivo es llegar al 25% en 2024. Porque sí: la ropa también son residuos.

La ropa también se recicla
Actualmente, en la mayoría de las casas de España y Catalunya los residuos textiles se depositan en la fracción de rechazo, y si se hace la separación, solo se selecciona la ropa en buen estado. De hecho, cuando pensamos en reciclar ropa, las ideas que nos vienen más a la cabeza son las donaciones a entidades o a personas que lo necesitan. No son malas ideas: son formas de reutilizarla y alargar su vida útil, lo que ayuda a la prevención de la generación de residuos. Ahora bien, la población general percibe esta acción como un acto de caridad, no de reciclaje, y uno de los objetivos de la campaña lanzada por la Agència de Residus de Catalunya, “10 anys després, reciclem més!”, es concienciar a la ciudadanía que la ropa también puede tener una segunda vida y que, al hacerlo, están ayudando al medio ambiente.
Los residuos textiles suponen el 4,11% del total de residuos municipales generados, según datos recogidos por la Agència de Residus de Catalunya en 2018. Esto supone que ese año se generaron en Catalunya unas 163.478 toneladas de residuos textiles, lo que equivale a 22 kg/por habitante y año. Ahora bien, un 48% de estos residuos textiles es ropa. Debido a que la ropa supone casi la mitad de este tipo de desechos, es importante gestionarla de forma eficiente y fomentar su reciclaje, ya que la industria de la ropa es altamente contaminante. Por poner un ejemplo: según un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Madrid, la fabricación de un pantalón tejano requiere entre 2.130 y 3.078 litros de agua.

¿Cómo se recicla la ropa?
Del total de los 56 gestores de residuos, solo nueve declaran recogida de residuos textiles de origen municipal. Según las estadísticas de recogida selectiva de residuos municipales en Catalunya, en 2018 se recogieron 19.051 residuos municipales textiles, lo que supone un 11,7% de los residuos generados.
La población suele dar la ropa cuando ya no la usa porque ya no le va bien, se ha desgastado, o porque sencillamente ha pasado de moda. Frente a todas las opciones, hay varias formas en las que se puede dar una segunda oportunidad a estas prendas. En primer lugar, están las donaciones particulares, que no son cuantificables, y las donaciones a entidades sociales. Otros métodos son la recogida domiciliaria, el puerta a puerta y otras vías, como pueden ser las recogidas en tiendas de economía social o en contenedores en tiendas de grandes marcas o de entidades sociales concretas, como los contenedores naranjas de Roba Amiga.
¿Dónde reciclo?
¿Qué hacer, por ejemplo, si quieres dar ropa que ya no necesitas, o alguna que esté en mal estado y se pueda usar para fabricar otras piezas textiles? Una de las opciones más fáciles es buscar dónde hay un contenedor donde depositar tu ropa o calzado. Es importante ponerlo dentro del recipiente para así evitar que los tejidos cojan humedad o que cualquier otra persona se lo pueda llevar. A partir de ahí, los gestores de residuos evalúan qué material se puede reutilizar para darles un segundo uso como prenda, o si es mejor darles una segunda vida como otro elemento textil que no sea ropa, o si directamente no se puede usar. Si no tienes acceso a estos contenedores y/o vives fuera de la capital catalana, puedes ponerte en contacto con entidades especializadas en reciclaje y reutilización de residuos textiles, como la Fundación Engrunes, la cooperativa Roba Amiga o la Fundación Humana.


