Este artículo se publicó hace 16 años.
Entre acordes y argumentos
El músico Alberto Torres es el finalista del Premio de Novela Café Gijón 2008

Hay títulos que siempre funcionan. De forma casi inconsciente, consiguen teclear en esa parte del cerebro que despierta nuestra atención. Niños rociando gato con gasolina es uno de ellos y su autor, el escritor y músico Alberto Torres Blandina (Valencia, 1976), lo sabe. Así ha titulado a su última novela, con la que ha conseguido engatusar al jurado del Premio Café Gijón para ser finalista de su última edición.
Pero hay antecedentes: la gasolina y los niños también estaban en el nombre del primer disco de su grupo de punk-rock Niñamala, formado hace cuatro años y de las piezas teatrales con las que empezó a hacerse un hueco en el circuito valenciano. "Sí, es un título que me ha dado suerte", confirma el escritor.
Sin embargo, en esta novela publicada esta semana por Siruela hay mucho más que un título efectista. Torres Blandina ha demostrado oficio en la recreación de una historia que cuenta cómo unos niños que fueron educados como "especiales" aún sufren el trauma de aquella disciplina 25 años después. El escritor insiste en que no es una crítica a la enseñanza espiritual pseudohippy de los setenta, sino "una denuncia del fascismo mental, de tener una sola idea y llevarla hasta el final".
La novela adolece de una estructura que se salta las reglas de lo convencional y que se acerca más a la del montaje cinematográfico. "Quería hacer algo parecido a lo que hizo Guillermo Arriaga en 21 gramos", sostiene Torres Blandina.
A pesar de que su nombre no sonara con fuerza en los circuitos literarios, el finalista no es ningún recién llegado a la literatura. "Yo me considero novelista antes que músico. El año pasado escribí cuatro novelas, pero siempre estaba liado con ésta", afirma.
Hiperactividad literariaOtras pruebas refrendan su hiperactividad literaria: en 2007 ganó el Premio Las dos Orillas con La posibilidad de Miia Hakala se publicará en mayo y en 2008 ya fue finalista del Azorín con Hotel Postmoderno, escrito junto a Carolina Otero, Maxi Villarroya y Sergio Velasco.
Su música también recibe sus influencias literarias, pero no al revés. Sus libros no son catálogos de discográficas. Torres Blandina prefiere convertir las letras de sus canciones en cuentos. Por eso, ahora le da vueltas a Los relatos de la Niñamala, a partir de las historias que aparecen en su último disco, Asesinos enamorados en serie.
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