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El alcohol y la pedofilia copan una jornada floja

Tilda Swinton convence en ‘Julia', pero el film no levanta los aplausos en el Festival de Berlín

GUILLEM SANS MORA

Tilda Swinton tiene una cara muy particular, y no digamos cuando despierta con resaca y saca una lengua blanca y pastosa entre muecas para desperezarse. Precisamente, así amanece casi todos los días esta excelente actriz escocesa en Julia, un largo thriller del francés Erick Zonca que destacó ayer en la competición. Swinton también aprovechó su presencia en Berlín para presentar Derek, un documental que gira en torno a la vida y obra del realizador inglés Derek Jarman (1942-1994), a quien Swinton agradece su formación.

Alcohólica cuarentona

En la película de Zonca, la actriz es la Julia del título, una alcohólica cuarentona que acaba metida en el secuestro del nieto de un millonario entre California y Tijuana. Un papel completamente pasado de vueltas, 'inmoral, pero al mismo tiempo compasivo', según lo definió ayer la propia Swinton.

El chaval, interpretado por Aidan Gould, sufre durante toda la película la brutalidad de la heroína beoda, con quien cultiva un síndrome de Estocolmo que acaba siendo mutuo. 'Los actores te pueden dar miedo a veces, pero ella no me daba miedo porque sabía que sólo es una película', comentó en la Berlinale el joven intérprete.

Como tiene nombre de mujer, protagonista alcohólica y tiros, la Berlinale vende Julia como película inspirada en Gloria, el clásico de John Cassavettes de 1980. Pero las similitudes, por no hablar de la calidad, no van más allá del enunciado, sobre todo en lo que tiene de thriller. La protagonista, una perdedora víctima de sí misma, es un personaje fuerte y excelentemente interpretado que, por desgracia, acaba diluyéndose en el esperpéntico vodevil violento de la parte final en México.

El secuestro de menores es también el tema de la segunda cinta a competición presentada ayer, pero con otra vuelta de tuerca. En Gardens of the Night, Damian Harris aborda las vidas destrozadas de un niño y una niña secuestrados por unos pedófilos en California, con John Malko-
vich en un papel secundario.

El director resuelve con gusto la parte que se ocupa del secuestro, que podría haberse perdido en morbo gratuito, pero naufraga cuando las víctimas son adolescentes perseguidos por el pasado en la rica California. La cosa deriva en anuncio de Benetton.

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