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Atrapado por su pasado

EULÀLIA IGLESIAS

'London Boulevard'

 

DIRECTOR: William Monahan

GÉNERO: Negro

NACIONALIDAD: Reino Unido

REPARTO: Colin Farrel, Keira Nnightley, Ray Wistone

DURACIÓN: 103 minutos

 

EN SÍNTESIS:

Cuando Mitchel sale de la cárcel su único objetivo es no volver a ella jamás. Por ello rechaza las propuestas de su amigo Billy para llevar a cabo algún que otro trapicheo, a pesar del respeto que se ha ganado en los bajos fondos gracias a su estancia en prisión. En cambio, acepta un trabajo como guardaespaldas de una actriz agobiada por los paparazzi, mientras intenta que su excéntrica hermana Briony, adicta a sustancias varias, no se meta en demasiados problemas.

COMENTARIO:

Los gánsteres británicos disponen de su propia tradición cinematográfica, poco conocida en nuestras carteleras más allá de la visión posmoderna e hiperestilizada que ha ofrecido la filmografía de Guy Ritchie. London Boulevard' entronca con esta tendencia al tiempo que aprovecha el bagaje norteamericano de su guionista y director debutante William Monahan, responsable, entre otros, del guión de Infiltrados' de Martin Scorsese.

A partir de la novela homónima de Ken Bruen, Monahan ofrece otra vuelta de tuerca a uno de los patrones dramáticos más habituales del cine negro: un exconvicto intenta enderezar su vida pero acaba atrapado por su pasado (y las resonancias del título español de Carlito's Way', de Brian De Palma, no son casuales). Más vistoso en su tarea de escritor que de director, Monahan evita despliegues deslumbrantes de puesta en escena y apuesta por una realización clásica que se beneficia de la fotografía del maestro Chris Menges. Al contrario de lo que sucede en buena parte del cine negro contemporáneo, aquí la mayoría de estallidos de violencia se sitúa fuera de campo o se eluden, e incluso Colin Farrell ofrece una de las interpretaciones más contenidas de su carrera.

A cambio, Monahan perfila con pocos trazos la ayuda de media docena de gloriosos intérpretes británicos y unos diálogos a menudo brillantes, una serie de personajes secundarios más allá del arquetipo: la hermana tan problemática como atractiva, el gánster violento y relamido, el paparazzo inquietante y, sobre todo, esa especie de mayordomo hippie y actor frustrado al que da vida el gran David Thewlis. Mucho más inverosímil resulta la historia de amor entre el protagonista y esa actriz tan famosa como hipersensible, pobrecilla, a quien presta su rostro Keira Knightley. Lo que no impide que el filme deje un poso bien negro.

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