'Bikeriders. La ley del asfalto': rebeldes sin causa
Jeff Nichols firma esta película, una historia sobre la cultura de las motos y los moteros narrada por una mujer, que rinde homenaje al libro-reportaje que hizo Danny Lyon en los sesenta sobre el Chicago Outlaws Motorcycle Club.
Madrid-Actualizado a
Son los años sesenta. El periodista y fotógrafo Danny Lyon siguió los pasos del Chicago Outlaws Motorcycle Club durante cuatro años. Grabó entrevistas con ellos y algunas de sus conversaciones y lo incluyó todo en The Bikeriders (1968), un magnífico libro de moteros que cuarenta años después cayó en manos del cineasta Jeff Nichols, que se obsesionó con esas imágenes, con el peligro y el atractivo que había en sus protagonistas, pero también con la tristeza contenida en ellas y con la nostalgia que le provocaron.
Ajeno totalmente al universo de las motos, Nichols encontró, sin embargo, en estas fotografías el mismo sentimiento de pertenencia, de colectivo, que él vivió en los noventa con una pandilla punk rock de Little Rock. Bikeriders. La ley del asfalto es el resultado de ese viaje al pasado, al día en que el cineasta buscó un grupo con el que crear 'comunidad' y, al mismo tiempo, un homenaje al trabajo que hizo Lyon en los sesenta.
Es una atrevida película sobre la cultura de las motos y los moteros, el retrato de una panda de inadaptados que viven en código estrictamente masculino, pero que nacen ahora en el cine con la mirada y la voz de una mujer.
Búsqueda de identidad
Jodie Comer, espléndida, Austin Buttler y Tom Hardy son los protagonistas de una película que tiene un reparto perfecto y que disfruta de la humanidad y la personalidad de un extraordinario Michael Shannon, actor del que el cineasta no se separa nunca y que contagia a la historia toda la incertidumbre, la honestidad y el dolor de estos marginados. Por supuesto, es una película que habla de la búsqueda de identidad y de cómo el grupo ayuda al individuo a definirse.
"Es una película que habla desde luego de una identidad masculina y estadounidense"
Cine elegante que mira a algunos clásicos americanos, Bikeriders avanza con la entrevista que un estudiante de fotografía, Danny, hace a Kathy en dos tiempos distintos. Son encuentros con los que el joven busca completar la vida de The Vandals y la historia de amor de esta mujer con Benny, uno de los moteros del club. Todo ello entre humo de cigarrillos en bares oscuros, rodando por carreteras de noche y con el atronador ruido de la vida salvaje de estas motos.
La cultura dominante
"Es una película que habla desde luego de una identidad masculina y estadounidense, pero si solo la vemos así, nos perderemos la idea que le dio vida. Todos buscamos nuestra identidad, y creo sinceramente que es una de las grandes fuerzas que impulsa a la sociedad actualmente", escribe Nichols en las notas de dirección de la película.
"No todo el mundo encaja en la cultura dominante. Algunas personas se sienten atraídas por subculturas, y ahí es donde suelen pasar cosas interesantes. Las subculturas dan pie a nuevas tendencias artísticas porque permiten expresiones más interesantes. Al cabo del tiempo, de una forma inevitable, estas subculturas interesan a la cultura predominante, que acaba absorbiéndolas y las convierte en meras sombras de lo que fueron", señala Nichols.
Marlon Brando
Chupa de cuero, botas negras y una preciosa Triumph 6T Thunderbird, Marlon Brando, o, mejor dicho, su personaje de Johnny Strabler (Salvaje, 1953) tiene absolutamente fascinado a Johnny, un camionero del Medio Oeste americano enamorado de las motos, que quiere dar un poco de emoción a su vida y crea un club de moteros, The Vandals.
Una historia sobre la cultura de las motos narrada por una mujer
El último en incorporarse ha sido Benny, un tipo de pocas palabras, solitario, que encuentra en Johnny una especie de figura paterna. Entre los dos aparecerá Kathy, una chica convencional del Medio Oeste que se enamora del joven.
Es la narradora de esta historia, un relato que ha perdido toda la épica que le hubiera añadido una voz masculina. Bikeriders. La ley del asfalto es auténtica, es verdad y llega mucho más allá de donde quedaron algunos iconos de los rebeldes americanos. Y Jeff Nichols apuntala esa intención de ser fidedigno con imágenes copiadas de las que capturó Danny Lyon en su reportaje.
Un tipo con vaqueros y un chaleco del Chicago Outlaws Motorcycle Club, apoyado en la barra de una cafetería, está de espaldas. En un bar oscuro, un tipo de espaldas con un chaleco de The Vandals está recostado sobre la barra. Es Benny, es el primer reconocimiento al libro de Lyon y el arranque de una historia de los años sesenta en EEUU, de los días del fracaso en Vietnam, de la ebullición de los movimientos estudiantiles y la contracultura, de los derechos civiles, los hippies, el pacifismo y el concierto de Woodstock, pero también fueron los años dorados de los moteros que murieron y no volvieron nunca más. "Algunos prefieren estrellarse antes que frenar".
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.