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Otro blanco atrapado en la voz de un negro

Eli 'Paperboy' Reed regresa con un nuevo disco de soul clásico.

JESÚS MIGUEL MARCOS

Dado que sus canciones no desentonarían en un recopilatorio de soul de los sesenta, que cuando graba le entra alergia a los ordenadores y que vive pegado a un tupé, es comprensible sorprenderse al ver que Eli Paperboy Reed se tira gran parte de la entrevista jugueteando con su iPhone. 'No, como persona no soy del todo analógico', bromea el cantante.

Tiene la misma edad que Amy Winehouse, 26 años, hace música soul y también canta desde niño, pero las similitudes entre este joven de Boston y la estrambótica diva londinense no van mucho más allá. 'Amy es muy distinta a mí. Ella tiene una sensibilidad muy inglesa en su forma de escribir canciones. Sin llegar a ser del todo irónica, su música es bastante seca, reservada. Su banda, además, es genial, pero no es tan emocional como lo que yo hago', explica Paperboy, que posa el iPhone y coge un tenedor para devorar un pedazo de tarta de Santiago.

El músico publica esta semana su segundo disco, Come and get it (EMI), continuador del exitoso Roll with you que le permitió dar la vuelta al mundo en estos últimos dos años.

Paperboy se pone muy serio cuando le preguntas qué diferencia a este disco de uno grabado en los años sesenta ('Mis canciones, esa es la diferencia') y eleva el tono con cierto mal genio al sugerirle si en el futuro probará con otros estilos: 'No entiendo esa pregunta. Yo hago mi estilo. No voy a hacer heavy... Nunca le preguntarías a Kings of Leon si van a hacer otro estilo en su próximo disco. No, van a hacer otro disco de Kings of Leon'.

Al volver al tema de la tecnología, confiesa un secreto sobre su forma de grabar. No utiliza instrumental analógico para sonar mejor, 'sino porque no puedes repetir la toma y arreglarla en el ordenador. De esta manera, todo el mundo ha de estar muy concentrado y tocando lo mejor que pueden'.

El aniñado Paperboy (el apodo, Chico de los periódicos, se lo pusieron cuando empezó a tocar en la escena de clubes de Misisipi), huye de intelectualismos y sofisticaciones en su música: dispara con arco y sus flechas apuntan al corazón. Según él, 'hago canciones que emocionen, que transmitan energía. Eso es el soul: grandes arreglos, grandes músicos y grandes cantantes dispuestos a generar emoción pura'.

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