Cuando ya estaban a punto de acabarse las hipérboles para describir las carreras de Antonio Banderas y Javier Bardem, llegó Ben Stiller y procedió a mofarse de las grandes estrellas de Hollywood. Se veía venir desde que, en los últimos años, un grupo de cómicos surgidos en la televisión estadounidense en los años noventa asaltaran nuestros multicines con una serie de comedias escatológicas que han recibido el beneplácito tanto del gran público como de, sorprendentemente, la crítica más sesuda. Por ello, sólo a los más despistados les pilló este sábado por sorpresa la proyección de Tropic Thunder.

Una guerra muy perra, desternillante parodia dirigida y protagonizada Stiller. La cinta, fuera de concurso en la sección oficial, cuenta la historia del rodaje de una superproducción sobre la guerra de Vietnam con varias estrellas de Hollywood. “Rodar una película siempre tiene algo de ridículo, especialmente las superproducciones. Así que, ¿por qué no reírse de ello?”, se preguntó.

En Tropic Thunder, el conflicto surge cuando los actores se ven envueltos, sin darse cuenta, en una guerra de verdad. Entonces empieza el delirio. El director de la legendaria Zoolander (2001) se descubre con una parodia desatada que no deja títere con cabeza, aunque es el star system hollywodiense el principal damnificado gracias, entre otras cosas, a Robert Downey Jr., que interpreta a un oscarizado actor tan obsesionado por meterse en la piel de su personaje (un soldado negro) que antes del rodaje se somete a una operación de piel. “Me inspiré en Daniel Day Lewis y Russell Crowe”, aseguró el intérprete entre risas.

Lo que está claro es que de no ser porque las comedias de este tipo nunca son tomadas en serio Tropic Thunder merecería recibir algún premio un día de estos. “No veo ningún motivo para que una comedia así no pueda competir en los festivales”, aseguró Stiller.