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Así consuma el PP de Ourense la destrucción del entorno del monasterio más antiguo de Galicia

La Diputación que preside Manuel Baltar derribó esta semana ochenta metros de sillería centenaria de San Pedro de Rocas, uno de los complejos rupestres más importantes de la península ibérica.

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queUna excavadora derriba un muro de piedra del cierre del monasterio de San Pedro de Rocas. — JCM

A Coruña, Actualizado:

Arquólogos, historiadores, sociaciones ambientalistas y organizaciones de defensa del patrimonio histórico y natural han denunciado que la Diputación de Ourense, en manos del PP, ha consumado esta semana la destrucción del muro medieval del monasterio de San Pedro de Rocas, en la localidad de Esgos, que alberga la iglesia rupestre excavada en piedra más antigua de Galicia y una de las más importantes de la península ibérica.

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Además, aseguran que las excavadoras están también destruyendo los cimientos de otras construcciones originales del complejo, que han aparecido durante las obras sin que éstas se hayan detenido, como exige la ley, para evaluarlas y determinar su valor mediante un proyecto de intervención arqueológica.

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La Diputación, que preside Manuel Baltar, está siendo investigada por la Fiscalía por un delito contra el patrimonio histórico por el proyecto de ampliación de la vía de acceso al monasterio, declarado monumento nacional y bien de interés cultural (BIC) y cuyo entorno goza de una especial protección dado su valor histórico y natural. Las asociaciones contrarias al proyecto han presentando una veintena de denuncias penales contra diversos cargos de la Xunta y la Diputación.

A pesar de que la Fiscalía ha abierto ese expediente ante los indicios de que, entre otras cosas, se falsificaron documentos para simular que las obras iban a ejecutarse en una zona no protegida y evitar así las restricciones de las leyes de patrimonio autonómica y estatal, la Diputación ha aprovechado las vacaciones judiciales de agosto para continuar con las obras.

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San Pedro de Rocas, en una imagen tomada en 1923. — Salvemos Rocas

San Pedro de Rocas fue construido en el siglo VI y constituye la joya más emblemática del patrimonio arqueológico de la Ribeira Sacra ourensana. Según la propia Xunta, se trata de uno de los complejos rupestres más importantes de España. Fue declarado monumento histórico-artístico nacional en 1923 y bien de interés cultural en 1999. Las cien hectáreas de bosques que lo rodean fueron declaradas paisaje de interés cultural en 2018.

Según la asociación Salvemos Rocas, la empresa contratada por la Diputación  ha derribado ya mediante palas excavadoras, y sin ningún cuidado, para protegerlas cerca ochenta metros de piedras y sillería centenaria de junta seca del cierre del camino medieval original de acceso al complejo.

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"La historia de siglos del monasterio más antiguo de Galicia ha sido radicalmente mermada de forma implacable y sin dejar rastro", afirman Natalia Figueiras, historiadora, arqueóloga y profesora del departamento de Historia del Arte de Universidad Complutense de Madrid, y Jorge López Quiroga, catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid. "Mediante excavadora y paleadora, los muros históricos se desplomaban a la manera en que lo hacen cuando sucede una catástrofe", añaden.

Ambos insisten en que el derribo del muro histórico ha dejado a la luz otros restos arqueológicos más antiguos de otras construcciones vinculadas al monasterio, que llegó a contar con viviendas anexas, hospedería, enfermería y cárcel, entre otras instalaciones.

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El arqueólogo de la empresa contratada por la Diputación de Ourense, ante los nuevos restos arqueológicos descubiertos en Rocas y que serán también destruidos. — Óscar Paredelo /Amigos das Árbores

"Ya habíamos advertido de que era muy probable que bajo el muro que se ha derribado aparecerían restos más antiguos. Y en cualquier obra, máxime si se trata de un BIC, la aparición de esas estructuras debería paralizar los trabajos para proceder a estudiar su valor mediante un proyecto de intervención arqueológica", advierten los historiadores.

Tanto los arqueólogos como la Fundación Moreiras, dedicada a la divulgación y defensa del patrimonio histórico, como Salvemos Rocas y asociaciones como Amigos das Árbores, han denunciado también que las obras de la Diputación afectan irremediablemente a árboles centenarios del complejo, muchos de los cuales ya han sido talados o derribados.

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Como ejemplo, se refieren a un ciprés que ya aparece en una de las primeras fotos de Rocas, que data de 1923, justo después de su declaración como monumento nacional y que se publicó en 1925. Tras la intervención de la Diputación, ese árbol de más de cien años y característico del monasterio se encuentra con las raíces al aire, sin apenas sujeción y a punto de caer.

Baltar, que vive en un palacete en Esgos a veinte kilómetros de la ciudad de Ourense y muy cerca del monasterio, costumbra utilizar Rocas como lugar en el que alternar con visitantes ilustres, casi siempre vinculados al PP. Entre sus muros han posado con el presidente de la Diputación desde Alberto Núñez Feijóo a su sucesor en la Xunta, Alfonso Rueda, pasando por el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy y el vicesecretario general institucional del partido, Esteban González Pons.

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El ciprés centenario, uno de los árboles de Rocas destruidos por las obras de la Deputación de Ourense, en su estado hace unas semanas (derecha) junto al muro del camino del monasterio, y con las raíces al aire tras los trabajos de derribo (izquierda). — Salvemos Rocas

Hasta en tres ocasiones, la Diputación pidió permiso a la Xunta para ampliar la carretera de acceso a Esgos, obra que Baltar considera necesaria para mejorar la seguridad viaria cuando lo cierto es que, según los opositores al proyecto, la Dirección General de Tráfico jamás ha registrado en ella accidente alguno y los vehículos circulan por ella con normalidad.

Tras las negativas de la Xunta a autorizar las obras en 2011 y 2018, la Diputación obtuvo finalmente permiso en 2019, poco después de que fuera nombrada jefa territorial en Ourense de la Dirección Xeral de Patrimonio Sandra Quintas Vázquez, exalcaldesa del municipio de Bande, a cincuenta kilómetros de Esgos,  y persona de plena confianza de Baltar.

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