Este artículo se publicó hace 2 años.
Baltar inicia las obras en el monasterio más antiguo de Galicia pese a que la Fiscalía le investiga por daño patrimonial
Las excavadoras de la Diputación derribaron esta semana los muros medievales que bordean la carretera de acceso a San Pedro de Rocas, que alberga la iglesia rupestre más antigua de la comunidad.
A Coruña-Actualizado a
La Diputación Provincial de Ourense, que preside Xosé Manuel Baltar, del Partido Popular, ha aprovechado las vacaciones de agosto y el vacío mediático que suele acompañarlas para iniciar las obras de ampliación de la carretera de acceso al complejo de San Antonio de Rocas, en la localidad ourensana de Esgos, derribando con excavadoras un cierre de sillería centenaria en un recinto protegido por su valor histórico y patrimonial.
Rocas es un monasterio medieval que alberga la iglesia rupestre más antigua de Galicia y una de las más importantes de la península ibérica, excavada en la roca en el siglo VI. El recinto está perimetrado por un cierre de piedra que bordea la vía por la que se accede a él, y según publicita la Xunta en su web de turismo, se trata de uno de los templos cristianos más antiguos que se conocen. Baltar, que vive en un lujoso palacete en Esgos a pocos kilómetros del monasterio, acostumbra a alternar allí con visitantes ilustres, siempre del PP, desde Alberto Núñez Feijóo a Esteban González Pons pasando por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda.
La Diputación ha iniciado las obras pese a que la Fiscalía abrió diligencias contra ella el pasado mes de abril, al advertir indicios de delito e irregularidades en el procedimiento y tras varias denuncias de asociaciones y particulares. Éstos advirtieron de que el proyecto está destruyendo el patrimonio de un complejo declarado monumento histórico-artístico nacional en 1923 y bien de interés cultural (BIC) en 1999, catalogación que se extendió en 2018 a su entorno medioambiental y paisajístico, compuesto por cien hectáreas de bosques autóctonos.
Según ha denunciado la plataforma Salvemos Rocas SOS, máquinas y palas excavadoras empezaron el pasado miércoles a derribar los muros centenarios que bordean la carretera, que Baltar se propuso ampliar bajo la excusa de desdoblar el único carril de la carretera para mejorar así la seguridad de la circulación en una vía en la que nunca se ha registrado, según la Dirección General de Tráfico, colisión alguna entre vehículos.
Baltar lo hizo, según esas denuncias, falseando los informes de obras y presentando al pleno de la Diputación un proyecto que afectaba a un tramo diferente a aquel en el que en realidad se están realizando los trabajos. "Quiere hacer un parque temático y pretende que los autobuses lleguen a la misma entrada del monasterio. ¿Alguien se imagina eso en la catedral de Santiago?", se preguntan.
"Las obras han empezado sin que se resuelva antes el procedimiento judicial, invadiendo una propiedad privada y destruyendo con palas y excavadoras un muro que tiene como mínimo tres siglos de antigüedad", afirma Natalia Figueiras, historiadora, arqueóloga y profesora del departamento de Historia del Arte de Universidad Complutense de Madrid, quien destaca que buena parte del valor Rocas reside en los elementos sobre los que ha evolucionado históricamente el complejo.
El pasado mes de marzo, la Fundación Moreiras San Pedro de Rocas, entidad sin ánimo de lucro que tiene por objeto la defensa del patrimonio de la Ribeira Sacara ourensana y la difusión de su valor inmaterial, denunció a Baltar y a varios altos cargos de la Xunta por falsear los documentos del proyecto de ampliación de los accesos a Rocas, para simular que se iba a ejecutar en un zona con menor protección.
Según pudo constatar Público, tanto en el plan viario de la Diputación como en la notificación de la adjudicación firmada por Baltar y llevada al pleno del organismo se registra un tramo de carretera diferente al afectado. Además, el documento por el que la Xunta autoriza las obras está burdamente manipulado con membretes duplicados de dos departamentos distintos, y aparece firmado por dos personas diferentes: la actual jefa territorial de la Consellería de Cultura de la Xunta, con competencias sobre el patrimonio histórico, Sandra Quintas, y su predecesora, que denegó el permiso de obras en 2018 y que fue cesada después de tomar esa decisión.
Público ha intentado sin éxito recabar la versión de la Diputación de Ourense sobre las acusaciones que han provocado la intervención de la Fiscalía, y sobre si el organismo considera pertinente iniciar un proyecto pendiente de un dictamen judicial.
Las asociaciones que defienden Rocas informaron este jueves de que han presentado una demanda para pedir a la justicia que paralice las obras mientras no decida sobre la legalidad del proyecto que la Fiscalía pone en duda. "Lo que intentan es destruirlo todo para borrar cualquier rastro", alerta Figueiras.
Fuentes de los defensores de Rocas indicaron también que el pasado jueves se personaron en el lugar de los hechos agentes de la policía autonómica de Galicia, que procedieron a identificar e interrogar a quienes participaban en las obras y que anunciaron la apertura de una investigación para esclarecer si la actuación de la Diputación supone una nueva vulneración de la legalidad.
El historiador Jorque López Quiroga, profesor de Arqueología en el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del comité científico de la Fundación Moreiras, advirtió hace cuatro meses en Público de que si se permitía que la Diputación ejecutara la ampliación de la carretera los daños serían "irreversibles".
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