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Un cuento de hadas explicado para adultos

Se publica por primera vez en español el clásicode la literatura infantil americana 'Los 13 relojes'

JESÚS ROCAMORA

Los 13 relojes 'es esa clase de libro. Es único. Hace feliz a la gente, como los helados', escribió Neil Gaiman en el prólogo de lo que él consideraba 'el mejor libro del mundo'. Gaiman, autor de libros infantiles como Coraline y de la serie de tebeos The Sandman, no dudó entonces en decir que de Los 13 relojes 'puede aprenderse cuanto hay que saber sobre cómo contar historias': hay un príncipe, una princesa, un duque malvado que tiene congelado el tiempo, y también algunos seres maravillosos que ayudan al héroe, como el Gólux, amo de los acertijos, y Hagga, una mujer que llora joyas.

Precisamente fue a partir de un vídeo en Internet en el que Gaiman se derretía leyendo en voz alta fragmentos del libro cuando el editor Joan Eloi Roca se interesó en publicarlo en España. 'Es incomprensible que haya estado inédito hasta ahora', reconoce Roca a Público, teniendo en cuenta que fue escrito en 1950. 'Lo tuve claro: si es el mejor libro del mundo, hay que editarlo', bromea.

'Si es el mejor libro del mundo, hay que editarlo', bromea el editor

Hoy es considerado en clásico de la literatura infantil, pero Los 13 relojes es una rareza en la obra de su autor, el americano James Thurber (1894-1961), que colaboró en The New Yorker, se movió en el círculo de Truman Capote y llegó a ser portada del Times. Heredero directo de Mark Twain, es considerado esencialmente humorista, ilustrador, periodista y novelista para adultos, pero concibió este relato 'como un ejercicio de escapismo y falta de fuerza de voluntad', uno de esos mecanismos que evita que el hombre moderno se vuelva loco, como dijo. 'Cogió la mayoría de los convencionalismos de los cuentos de hadas y luego los retorció y se rió de ellos', cuenta Roca, para quien estamos ante un caso comparable a La princesa prometida, de William Goldman.

Los 13 relojes ofrece varios niveles de lecturas y 'puntos que los niños no cogerán', juegos lógicos que derivan de la época en que Thurber trabajó para el departamento de codificación del ejército de EE UU. Son juegos en la línea de Alicia, de Carroll, aunque Roca cita a otros autores, como los hermanos Grimm, La Fontaine y Tolkien para terminar de enmarcar a un autor que rechazó el honoris causa de la Universidad de Ohio como protesta a la caza de brujas de McCarthy.

También como Alicia, Los 13 relojes despliega un estilo poético y endiablado, lleno de ternura y musicalidad. De ahí que haya sido el propio Roca el que se haya lanzado a traducirlo. Ha optado por traducir nombres de personajes (Whisper es Susurro), manteniendo el ritmo a toda costa y los juegos de palabras. Y, por encima de todo, 'el efecto literario de usar aliteraciones, rimas internas y metáforas recurrentes, crescendos y repeticiones'.

Su estilo es poético y endiablado, lleno de ternura y musicalidad

La editorial Ático de los Libros ha recuperado la edición con ilustraciones de Marc Simont. Thurber ejerció de ilustrador de muchos de sus libros, a partir de sus creaciones en grandes cartulinas, algo que fue abandonando con la edad: Thurber era tuerto porque, jugando de pequeño con su hermano a Robin Hood, perdió un ojo. Al final de su vida (murió en 1961, una década después de escribir Los 13 relojes) estaba ciego, así que mantuvo un control excesivo del trabajo de Simont, al que le pedía que le describiese cada uno de sus dibujos.

Roca tiene un deseo: editar en castellano 'las fábulas y novelas cortas de Thurber', todas inéditas en España. Un trabajo que no será fácil: ahí están libros como The Wonderful O, que Thurber escribió utilizando una sola vocal: la O. Como colofón.

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