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Estreno en Netflix 'Feria: La luz más oscura', un cóctel de sectas, misterios y drama familiar en un pueblo blanco andaluz de los noventa

Netflix estrena este viernes una serie de ocho episodios en su temporada de estreno, en la que sienta las bases para un universo con vocación de expandirse.

'Feria: La luz más oscura', una serie creada por Agustín Martínez y Carlos Montero
'Feria: La luz más oscura', una serie creada por Agustín Martínez y Carlos Montero. Netflix

El drama familiar, el policíaco y el fantástico conviven y caminan entrelazados en Feria: La luz más oscura, una serie creada por Agustín Martínez y Carlos Montero donde el misterio y lo simbólico lo salpican todo a lo largo de los ocho episodios que componen su temporada de estreno. Destacan los VFX, la fotografía, el universo fantástico que crea y el viaje de algunos de los personajes principales implicados en una historia que se toma su tiempo para encajar. Producida por Filmax para Netflix, la dirección corre a cargo de Jorge Dorado y Carles Torrens.

Ambientada en los años 90, en un pueblo blanco andaluz, tiene como protagonistas principales a Sofía (Carla Campa) y Eva (Ana Tomeno), dos hermanas en la adolescencia que se dan de bruces con la realidad de que sus padres (Marta Nieto y Ernest Villegas) no son quienes creían. Ambos son los principales sospechosos de la muerte de 23 personas. Un caso mucho más complejo de lo que muchos de los implicados están dispuestos a creer y entender debido a ese mundo fantástico que presenta Feria, vía secta, al que se va asomando poco a poco. Este, como explica Carla Campa, no se puede entender "sin entender el familiar. No puedes entender el camino de Sofía si no entiendes el amor que siente ella hacia su familia. Son géneros que en este caso van muy de la mano. Sin uno, el resto no funciona".

A eso se suma la parte del thriller policíaco, de la resolución del caso que se plantea en el inicio y que para Ana Tomeno es tan "importante". En esta ramificación de la trama el personaje de más peso es el que interpreta Isak Ferriz, un agente enviado a Feria para ayudar a la Guardia Civil local a resolver las muertes. A su llegada se encuentra con un escenario y unos implicados que le frustran y superan a partes iguales. Porque, como le ocurre a este agente de paisano, "muchos de los personajes están sobrepasados por la situación en lo emocional, en tener la cabeza que te va a estallar porque no puedes más de intentar tomar la decisión correcta para sobrevivir, para proteger o para entender el caso que tienes entre manos". Y a veces esas decisiones, vistas desde fuera, son incomprensibles.

Feria se mueve en el terrero de la dualidad y de la metáfora. Esa oposición de contrarios, como ocurre con los flashback del final del franquismo y la búsqueda de la luz, comenta Ferriz que "está presente en toda la serie, este bien/mal, esta apariencia seductora y a la vez terrible" que sobrevuela la historia en muchos momentos. En este sentido, Marta Nieto, que interpreta a la madre de Sofía y Eva y que funciona como una suerte de "llave que activa o desactiva el asunto", apunta que se trata de una serie "muy metafórica, que funciona a muchos niveles de conciencia. Es puro entretenimiento, algo muy lúdico y apasionante, pero también es el despertar a la vida de dos chavalas. Sus padres de repente no están y se encuentran que la vida es bien y mal".

A esta serie se puede entrar por cada una de sus tres puertas (drama, thriller y fantástico), pero lo cierto es que tarde o temprano, y sea cual sea el interés inicial del espectador, es necesario aceptar el todo para poder dejarse llevar al universo que plantea. A cambio lo que se ofrece es un "cóctel de diferentes géneros", como comenta Ferriz, que promete que es "cero predecible, no sabes en ningún momento a dónde va esto". A dónde va es a ese final que lo deja todo listo para una segunda temporada. Podría haber sido otro distinto, pero quizá habría sido menos coherente con el arco y las motivaciones del personaje que lo provoca. "El final no podía ser otro", sentencia Tomeno.

'Feria: La luz más oscura' está ambientada en los años 90
'Feria: La luz más oscura' está ambientada en los años 90. Netflix

Ese ambiente de misterio y una pizca de terror que rodea el pueblo en el que transcurre todo se ve beneficiado por la época elegida para ambientar las tramas. Con la nostalgia de los ochenta parece que superada, empiezan a sucederse los estrenos ambientados en la siguiente década. Sin embargo, en Feria no se apela a la nostalgia como tal, si no que se utiliza esa época y sus posibilidades como un recurso narrativo a favor de la trama. Feria, con móviles, no habría sido esta Feria. No solo por el estilismo de sus protagonistas o la posibilidad de que uno de ellos trabaje en un videoclub, si no porque, de haberla ambientado hoy en día, los avances en la comunicación habrían arruinado gran parte del misterio.

En la que transcurre es una década lo suficientemente cercana para que sea fácilmente reconocible y lo suficientemente lejana para eliminar avances modernos que habrían cambiando sustancialmente el planteamiento del guion. "Convertía la vida en más pausada. Esta cosa de no tener la información de inmediato te permite jugar a muchas escenas. Te permite muchos juegos narrativos que de otra manera no tendrías", resume Ferriz.

"Tres historias completamente distintas"

El componente visual tiene mucho peso en Feria: La luz más oscura. Por un lado, su fotografía. Por otro, la recreación de ese Reino que se atisba en el tráiler y que debe al mismo tiempo sorprender y convencer. Es algo que les ha pasado a los actores que, además, vivieron la creación de ese mundo en tres partes: guion, rodaje y visionado. "Por mucho que nos habían enseñado bocetos de las cosas fantásticas que sucedían, cada uno, igual que cuando te lees una novela, hace su proyección mental de ese universo", explica Ferriz. Tras verlo en pantalla comenta que "por un lado es muy sorpresivo, porque va mucho más allá de lo que tú te habías imaginado. Y por otro, creo que los efectos especiales de El Ranchito, junto con la fotografía de David Acereto, son apabullantes y es muy gustoso haber participado en una serie con esta calidad técnica e imaginativa que yo seguramente como espectador vería y me engancharía".

El componente visual tiene mucho peso en 'Feria: La luz más oscura'
El componente visual tiene mucho peso en 'Feria: La luz más oscura'. Netflix

Para Carla Campa la impresión tras completar el recorrido del texto a la pantalla es que se trata de "tres historias completamente distintas, porque una cosa es leerlo, otra vivirlo y otra verlo. No tiene nada que ver". Un trabajo dentro del género fantástico y del terror que su compañero de rodaje confiesa haber disfrutado y que define como "un ejercicio de imaginación continuo, y más con efectos especiales, que te lleva a territorios no explorados. Tienes que imaginarte dónde ubicar lo que estás vivenciando para que quede veraz en la pantalla y es jugar como un niño". Y esa es la pretensión de Feria: La luz más oscura como serie: entretener, divertir y que al espectador le pique la curiosidad con el misterio y el universo fantástico que pone sobre la mesa.

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