Este artículo se publicó hace 4 años.
Fascismo balompédico, museo del GIF y otras propuestas para hacer frente al aislamiento
En 'Público' le ofrecemos una serie de propuestas culturales para que haga más llevadera su estancia en casa.
Madrid-
Ahora que lo real se ha estrechado y que el tiempo para la reflexión parece haberse multiplicado, muchos comprenden, no sin cierto estupor, el profundo desaguisado en el que se ha convertido su vida. Por lo general ocurre de forma inesperada. Puede ser el cristal de la terraza, el espejo del baño o una mirada ajena. Sucede que de su reflejo no siempre salimos airosos, lo que proyectamos puede resultar decepcionante, cuando no directamente un fraude. Se viene entonces la catarsis, el desajuste (a veces incluso el quejido).
Desde la sección de Agendas Confinadas del diario Público siempre fomentaremos esa purga interior. Proceda a liberar sus emociones, asuma de una vez por todas que es usted puro pellejo en proceso de degradación y que el amor, el consumo de estupefacientes o la ingesta masiva de pistachos no son más que inocuos pasatiempos para intentar olvidar lo único realmente importante, a saber; la finitud del viaje. Asuma cuanto antes este asunto (no menor) y evite, entretanto, volcar todas sus mierdas existenciales baratas en esa ciénaga que es el tuiters. Venga, al lío; la agenda cultural del día 41 de su nueva y triste vida.
>Fútbol y fascismo. La editorial Altamarea, especializada en rescatar la mejor literatura italiana del siglo XX, no hace ascos a un buen ensayo. Prueba de ello es Fútbol y fascismo, a cargo del joven profesor Cristóbal Villalobos, un buen compendio de hazañas y anécdotas variadas (algunas trágicas, otras rocambolescas) que han ido nutriendo a lo largo de la historia ese infausto coqueteo entre el fútbol y las dictaduras fascistas. De la Italia de Mussolini a la Alemania de Hitler, pasando por la España de Franco o el Portugal de Salazar, por no hablar de las dictaduras latinoamericanas. Los antecedentes son múltiples y los escenarios diversos. Un viaje al centro de la ignominia balompédica que Villalobos recoge con erudición y entusiasmo. Con el fútbol parado y el fascismo a toda mecha, conviene agenciarse este volumen o reservarlo en su librería de cabecera para que cuando se abran los estadios, sepamos quién es quién.
>El museo del GIF. Desde que existe Internet el arte ha formado parte de él. Ahora que la única sala de exposiciones a la que podemos aspirar es virtual, puede ser un buen momento para echar un ojo a la muestra Well Now WTF?, un espacio libre de bulos, memes y chaladuras diversas, donde los GIFs y los vídeos de YouTube son la estrella. Una revisitación a eso que se bautizó en su día como Net Art y que esta web recopila con mirada crítica y sentido del humor. Ocho decenas de creadores que nos recuerdan con su arte de que otro Internet es posible, uno que escape a los desmanes corporativos. Uno que construya comunidad y fomente el espíritu crítico tanto fuera como dentro de la Red.
>Libreros de Nueva York. Qué mejor para combatir la extraña resaca que nos deja un Día del Libro sin librerías abiertas que echar mano de este documental sobre la bibliofilia. Una cinta que aborda ese submundo de librerías especializadas en obras antiguas y de coleccionista, un laberinto pequeño y fascinante poblado por soñadores, intelectuales, excéntricos y obsesivos. Estos libreros son en parte académicos, en parte detectives y en parte empresarios. Sus conocimientos son tan amplios como el vasto material con el que trabajan y juegan un papel esencial, aunque poco reconocido, en la preservación de la historia.
>Artistas en cuarentena. Esta iniciativa ha sido promovida por la confederación de museos europeos L'Internationale, en la que se incluye el Reina Sofía. En ella, dieciséis artistas de diferentes partes del globo reflexionan, a través de sus balcones, sobre los efectos de la pandemia del coronavirus. Los creadores conversan sobre las relaciones entre lo público y lo privado, planteando dilemas en torno a conceptos que emergen con fuerza fruto de la crisis como la solidaridad o la posibilidad de vivir con menos. Las contribuciones de los artistas se van compartiendo online a través de las redes sociales de L'Internationale, @internationaleonline, y también en los sitios web y redes de los miembros de la confederación, entre ellos el Museo Reina Sofía. Desde entonces y de forma sucesiva, las propuestas de los artistas se irán publicando cada martes y jueves de las próximas tres semanas.
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