Público
Público

La filosofía del político

'El príncipe de Maquiavelo' se representa hasta el 8 de noviembre en los teatros del Canal

El actor Fernando Cayo protagoniza 'El Príncipe de Maquiavelo', dirigida por Juan Carlos Rubio.

ALFONSO ÁLVAREZ-DARDET

MADRID.- Si Maquiavelo viviese hoy no pertenecería a ningún partido político, “sería asesor de todos, iría rotando porque tendría mucho de lo que hablar con cada uno de ellos”, asegura Juan Carlos Rubio, director y autor de El Príncipe de Maquiavelo, obra interpretada por Fernando Cayo y que recopila algunos de los textos del filósofo político de origen italiano como Del arte de la guerra, Discursos sobre la primera década de Tito Livio, La mandrágora o algunos fragmentos de su correspondencia personal. La función se representa hasta el 8 de noviembre en los teatros del Canal (Madrid).

El director destaca del filósofo, que también fue diplomático, la ambigüedad con la que escribía sus textos. “En algunos parece que defiende la figura de un dictador y en otros parece que defiende la república”, explica. Esa es la conclusión a la que ha llegado después de engullirse en toda su obra y que le ha servido para imaginar qué tipo de persona sería si viviese hoy: “Lo veo en todas las redes sociales. En su obra habla mucho de la imagen, de lo que los demás dicen de ti y de cómo te muestras tú a los demás. Decía que poca gente sabe lo que eres realmente pero todos ven lo que aparentas y creo que hoy en día con las redes y el Facebook a veces la gente no se para a pensar sobre lo que está diciendo”.

Quizás, esa ambigüedad que atribuye el director a Maquiavelo sea el motivo por el que haya escogido para ambientar la función en la década de los sesenta del siglo XX. “Queríamos hacer un espectáculo atemporal, no queríamos situarlo en el siglo XVI ni en el presente, ya que los enunciados de Maquiavelo valen para cualquier época pasada, presente o futura”. En escena, la acción sitúa al filósofo italiano creando El Príncipe, y desde ese punto de partida se explican las circunstancias que rodean su vida centrándose en los problemas que tuvo cuando fue desterrado de Florencia.

Maquiavelo escribió El príncipe en prisión, en 1513, mientras se encontraba en prisión condenado por conspirar contra los Medici, una poderosa familia de Florencia conocida por ser mecenas de famosos artistas y científicos. “Su nombre apareció en un listado pero nunca se demostró. Luego le perdonaron y en ese destierro escribió la obra para intentar volver a tener el favor de los Medici”.

En la obra del filósofo italiano se describen las cualidades que debe tener el Gobernante. “Habla del gobernante justo. Maquiavelo nos pone un espejo en frente para que veamos nuestra propia condición. El dice más vale ser temido que amado, también dice que sería importante tener las dos valoraciones. No defiende una u otra opción, pero si tuviera que elegir, para manejar el poder es mejor que te teman a que te amen”.

Sin embargo, votar hoy a un gobernante al que temes sería impensable, en una sociedad obsesionada por los amores rápidos y superficiales (seguimos hablando de política). En el lenguaje de hoy la palabra temor se tendría que sustituir por respeto. Por otra parte, Maquiavelo trata de unir todas las cualidades deseables que debe tener un líder en la palabra virtú (no confundir con virtud). Esta definición no tiene que ver con la moral, es más bien un compendio de características que hace del que manda mejor: valor, intuición, inteligencia…

Maquiavelo estuvo prácticamente toda su vida viajando de un país a otro, entablando relación con gobernantes que lo admiraban por su ingenio. “Negoció con varios Estados para evitar la guerra, en España trató de sentar a las distintas partes y llegar a acuerdos”, más que político siempre fue un analista, un diplomático, que supo estar cerca de los poderosos aconsejándoles.

Según los escritos sobre el italiano, apunta Rubio, era un hombre divertido, alegre, irónico, le gustaba mucho la conversación ya que era dado a las relaciones sociales. Deseaba tener un cargo importante para poder ejercer y mostrar su talento, su mayor frustración fue ser apartado de la vida pública, acusado de conspiración por aparecer su nombre en un listado. El director asegura que ha hecho un rastreo por Internet y esta es la primera vez que se representan los escritos del filósofo, lo que da más emoción.

La obra de Maquiavelo, aunque fue creada en el siglo XVI, “parece escrita esta mañana porque toca asuntos de actualidad como la corrupción, la importancia de elegir a tus ministros y consejeros, de ser fiel o no a tus promesas... Por ejemplo, ¿debe un líder cambiar de opinión aunque haya prometido otra cosa?”, se pregunta Rubio, cuya obra plantea cuestiones atemporales y otras más personales que el público se cuestionará a la salida.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?