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El hereje que inspiró a Shakespeare

El líder lolardo John Oldcastle escapó de la Torre de Londres en 1413

GUILLAUME FOURMONT

En la muy seria Enrique IV, William Shakespeare disecciona la corte del rey inglés que impuso su autoridad a los escoceses y los irlandeses, aunque no pudo evitar incluir a un personaje cómico en ella: sir John Falstaff, uno de esos grandes señores arruinados que aprovecha su nombre para beneficiarse de los lujos de la aristocracia y de la bondad de las damas. La figura de Falstaff, también héroe de la comedia Las alegres comadres de Windsor, está inspirada en un personaje real: John Oldcastle.

No era ni un payaso ni un estafador, aunque Oldcastle sí conocía bien los secretos del Palacio Real, lo que le permitió llevar a cabo sus proyectos. Pero nada lo salvó de la hoguera y de la muerte: lo quemaron el 14 de diciembre de 1417 por herejía, tras años de persecución por todo Reino Unido. Porque Oldcastle también era conocido por haberse escapado de la Torre de Londres, Her Majesty's Royal Palace and Fortress, como la llaman los ingleses. Una fortificación situada a orillas del río Támesis, donde encerraban a los presos más importantes incluso a monarcas para que no salieran nunca.

Las autoridades de Londres lo buscaron durante más de tres años: lo querían vivo o muerto

Se desconoce la fecha de nacimiento de John Oldcastle; algunos la sitúan en 1378. Pero no era ningún oscuro bandido del Londres del siglo XIV, sino todo lo contrario. Era hijo de sir Richard Olscastle de Almeley y uno de sus amigos de infancia era Enrique V, rey de Inglaterra entre 1413 y 1422, heredero de Enrique IV. En 1400, su confianza con el entonces príncipe le abrió muchas puertas: entró en el Parlamento en 1404 y se casó con Joan Cobham, de la aristocracia inglesa. Sir Oldcastle se convirtió en lord Cobham.

Pero su mejor amigo rápidamente también fue su peor enemigo. Oldcastle, que prometió entregar todo lo que poseía a su rey, no compartía las mismas creencias religiosas que la familia real: fue uno de los grandes líderes de los lolardos, movimiento reformista de la Iglesia que abogaba por traducir las escrituras y tasar las propiedades eclesiásticas. ¡Pecado mortal!, exclamaron los obispos. Oldcastle se convirtió en el enemigo público número uno del primado de Inglaterra y arzobispo de Canterbury, Thomas Arundel.

Acusado de herejía poco antes de la muerte de Enrique IV en 1413, Oldcastle sólo se benefició de su amistad con el nuevo monarca un breve periodo: fue detenido y llevado ante Enrique V, que rechazó las supuestas pruebas halladas en un libro de su amigo. El decreto De Haeretico Comburendo, aprobado en 1401, dejaba poco margen para evitar su muerte. El texto permitía arrestar a predicadores, encarcelar e interrogar a todo sospechoso de pertenecer a la secta que 'pensaba mal de los sacramentos'. Es decir: los lolardos.

Amigo del rey Enrique V, no escapó de la muerte y murió ahorcado y quemado en la hoguera

Oldcastle era buscado en todo Reino Unido. Sólo aceptó entregarse tras recibir una carta de Enrique V en septiembre de 1413; el día 25 era condenado por herejía y encerrado en la Torre de Londres. Gracias a la ayuda de uno de sus seguidores, consiguió escapar, aunque se desconocen los detalles de su hazaña. Vivió oculto durante más de tres años y lideró los movimientos lolardos. Londres emitió una orden de busca y captura: el documento (en los Archivos de Reino Unido) revela que lo querían vivo o muerto.

En noviembre de 1417, su escondite fue revelado por lord Charlton de Powis. Oldcastle fue condenado a muerte el 14 de diciembre de ese año y ejecutado el mismo día: fue ahorcado y quemado no está claro si seguía vivo o no en la hoguera.

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