Este artículo se publicó hace 16 años.
Los hermanos Roca se independizan
El Celler de Can Roca, calificado con dos estrellas Michelín, inaugura un nuevo espacio culinario con la bodega más moderna de Europa
Cinco cajas de madera gigantes dan forma a la bodega privada más moderna de Europa, situada a las afueras de Girona. El Celler de Can Roca es un restaurante con dos estrellas Michelín que con paso lento y firme se ha convertido en uno de los más prestigiosos de España. Sus responsables, Joan (fogones), Josep (bodega) y Jordi (postres) Roca, ha inaugurado nueva etapa.
Hace un par de meses se trasladaron a un local en el que los tres hermanos parecen unos recién casados en su nidito de amor, en el que cada uno se ocupa de su parcela.
Cuando empezaron 20 años atrás, lo hicieron al lado del restaurante de sus padres, en un local prestado. La nueva bodega tiene 250 metros cuadrados, y si algo no cabe en ella es la asepsia. Está dividida en cinco capillas dedicadas a distintas zonas productoras: Champagne, Riesling, Bourgogne, Priorat y Jerez.
Cada una con dos pantallas de plasma en las que se proyectan imágenes de cada región y músicas vinculadas a los vinos que se están catan. El conjunto se completa con objetos para tocar que recuerdan la textura del vino.
Los habituales del Celler de Can Roca son esencialmente de Girona, pero cada vez hay más clientes internacionales, sobre todo de Bélgica y Holanda, franceses, americanos e italianos. “Ryan Air ha hecho mucho. Tenemos gente de Verona que viene a comer, y luego por la tarde vuelve a coger el avión”, cuenta Joan entusiasmado.
El nuevo espacio desprende calma, es cómodo y reina la luz natural. Han plantado chopos para seguir el ritmo de las cuatro estaciones. Pero a pesar de la transformación, la carta mantiene una línea de continuidad. Una manera de decir que son los mismos.
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