Este artículo se publicó hace 13 años.
Los indignados saltan a las viñetas
Se publica el primer cómic inspirado en las manifestaciones del 15-M: 'Revolution Complex' es una antología con el trabajo de 22 autores españoles
"Revolution Complex está indicado para el tratamiento sintomático de la impotencia diaria que uno siente al conocer las políticas económicas que se están llevando a cabo en nuestra querida y vieja Europa". Concebido como un medicamento compuesto por 33 comprimidos efervescentes, Revolution Complex avisa ya desde el principio de sus efectos y su composición: "Pertenece al grupo de obras realizadas por el ser humano compuesta por ironía + indignación + rabia rabiosa + cruce de cables + grrrrrrrrrrrr (o eso pretende y está en el ánimo de sus pobres autores)".
Se trata, en efecto, del primer cómic en tratar el 15-M. Una antología en la que han participado 22 autores españoles, que quiere funcionar como "una queja colectiva por la situación que estamos atravesando", según Norma Editorial, sello responsable del proyecto. También incluye tres artículos, entre los que destaca el de Arcadi Oliveres, presidente de la asociación Justicia y Paz, que participó activamente en la acampada Barcelona. Para Oliveres, el 15-M "ha sabido enlazar perfectamente el fondo y las formas, la pedagogía política y la manifestación pública", así como elementos de mayo del 68, el anarquismo, "la vuelta a la naturaleza", el pacifismo o el ecologismo.
La antología ha sido concebida como un medicamento para la indignación
En ese contexto político y social, la novela gráfica surge como "un nuevo periodismo vivido, radical e inconformista", una herramienta "para difundir y compartir anhelos", como apunta en su texto el periodista Jaume Vidal, que coloca Revolution Complex en la tradición de Will Eisner, Art Spiegelman y Marjane Satrapi, es decir, autores que han demostrado que "la estética y el entretenimiento no estaban reñidos con el compromiso"
Norma encargó a un grupo de dibujantes de Barcelona (Fernando Blanco, Danide, Josep Casanovas, Claudio Stassi, Moran, Miguel Ángel Vázquez, Marcos Prior, entre otros) que coordinaran y realizaran un cómic sobre la coyuntura actual, el descontento social y las manifestaciones críticas con el sistema político y económico. Como reconoce Danide a Público, el hecho de ser un proyecto colectivo "refleja la pluralidad que también se ha vivido en las diferentes manifestaciones de las diversas plazas del Estado".
La editorial dio libertad a cada uno de ellos, por eso en el volumen se mezclan las tiras de humor gráfico con entrevistas, reflexiones y parodias. Las historias de Revolution Complex juegan con los lenguajes de la publicidad y el de los políticos, con el papel de las redes sociales y otros elementos de la cultura popular en el movimiento, como el cómic V de Vendetta, y, en general, con ciertas afirmaciones asumidas por parte de la población, como "la crisis es culpa de todos" o "los recortes son necesarios".
Danide: "Hace un año, un tebeo así sería impensable: hoy, la indignación vende"
Entre sus páginas hay figuritas y vestidos recortables para disfrazar a los Mossos infiltrados en Barcelona, banqueros que se manifiestan para refundar la globalización, el cartel y el tráiler de una posible Idignados. La película sobre el 15-M, conversaciones a pie de plaza entre un nieto y su abuelo ("¡¿Indignados?! ¡El trabajo no te lo dan hijo! ¡El trabajo te lo buscas!", le dice el viejo) y hasta un prólogo que compara la situación actual con la caída del imperio romano.
La ironía, en cualquier caso, es clave para entender Revolution Complex, porque no todo es cabreo e indignación en sus viñetas. "Las historias son como aspirinas para personas indignadas, no solucionan los problemas pero, con un poco de ironía, mejoran el humor", dice a Público Claudio Stassi, que ha entrevistado para la ocasión a cinco ciudadanos: el dueño de un restaurante, un actor, un periodista, una jubilada y un cura.
Ironía y oportunismoLa ironía y el humor son fundamentales en las historietas de Revolution Complex'
"La situación que conlleva el hecho de realizar un cómic que aprovecha un movimiento multitudinario mediatizado (lo que sería un cómic oportunista) ya nos parecía de por sí irónica. Hace, por ejemplo, un año, habría sido impensable un encargo de estas características por parte de una editorial con aspiraciones comerciales. La situación ahora mismo parece ser la inversa: la indignación vende", dice Danide, quien subraya que, por ese mismo motivo, Revolution Complex intenta desmarcarse de la iconografía del 15-M.
Ninguno de los autores pretende apropiarse de la "desinteresada espontaneidad, el discurso o el ideario" del movimiento. "Hemos esquivado el panfleto, utilizando, por ejemplo, una portada auto-paródica y tono cínico e irónico en muchas de las historias, todo ello envuelto en una supuesta caja de pastillas efervescentes, especialmente indicada para los estafados", aclara Danide.
Del mismo modo, tampoco se asume por parte de los autores una intención política o didáctica con esta recopilación de viñetas, aunque, "como diría Kandinsky, el arte es hijo de su tiempo. Este libro tenía que salir ahora", reconoce Claudio Stassi. Para él, el cómic puede servir como un medio más de información para el lector "o para sacarle una sonrisa y aliviar durante un rato las dificultades que vivimos".
Revolution Complex ya está en las farmacias. Perdón: en las librerías. Aunque antes de consumirlo, mejor echar un vistazo a sus posibles efectos adversos: según el prospecto, en casos muy raros (uno de cada 10.000 lectores) se aprecian "ganas compulsivas de comprar muebles de IKEA, deseos locos de abrir una cuenta bancaria y alteraciones en la percepción de la realidad".
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