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Matthew Goode: un truhán, un señor

Estrena la adaptación al cine de ‘Retorno a Brideshead’

RUBÉN ROMERO

Si hay una versión fílmica de Retorno a Brideshead, ¿quién interpretará a Charles Ryder? La pregunta era del todo menos inocente. La adaptación televisiva de la novela de Evelyn Waugh, que se estrenó allá por 1981, situó a la mansión victoriana en la misma liga de casoplones mitificados por el audiovisual en la que juegan Marienbad y Manderlay. También sentó los cánones de lo que debía ser la calidad televisiva y, por si fuera poco, lanzó al estrellato mundial a Jeremy Irons en el papel de Mr. Ryder, el gran trepa del siglo XX, capaz de seducir a dos hermanos (chico y chica) para lograr sus objetivos.

El elegido, tras un primer casting más adulto, fue MatthewGoode (Devon, 1976), que comparte con Irons el físico nervudo y cierta ambigüedad sexual en la mirada. “Me dan terror las comparaciones. Pasarán muchos meses hasta que sea capaz de ver la serie”, dice. Tampoco conoce la opinión de su predecesor en el papel. “Mr Irons es bastante reacio a hablar de su pasado. Mi compañera de reparto Hayley Atwell (Miss Flyte en el filme) trabajaba con él en el teatro y tampoco ella se atrevió a preguntarle. Eso sí, tenían unas conversaciones sobre perros de lo más amenas”, explica.

Algunos lo llamarán imprudente por aceptar tamaño reto. Otros, valiente. Como cuando debutó en Al sur de Granada (Fernando Colomo, 2003) sin saber ni papa de español. “Todo se lo debo a esa producción”, porque gracias a ella pudo ser el novio de la hija del presidente de EEUU en Deseando libertad (Andy Cadiff, 2004), reconoce.

Muy agradecido… Y también olvidadizo, Goode es incapaz de recordar el nombre de cualquiera del equipo técnico, ni tan siquiera de Verónica Sánchez, con la que interpretó una tórrida escena. Algo normal si tenemos en cuenta que, al poco, ya estaba trabajando a las órdenes de Woody Allen en Match Point (2005) y, tres años más tarde, es uno de los Watchmen en la adaptación del cómic de Alan Moore, una de las películas más esperadas de 2009.

“No sé ni lo que he rodado. Entiéndeme: estás todo el rato actuando frente a una pantallita verde, así que no sabes qué va a hacer pasar por detrás de ti Zach Snyder (el director)”, dice. En Watchmen interpreta a AdrienVeidt/Ozimandias, un vigilante muy humano, aunque para demostrarlo sea capaz de aniquilar a la humanidad.

Tuvo mucha suerte con el papel: “No iba a hacer el casting. No tenía ni idea de qué se trataba y estaba convencido de que mis posibilidades eran nulas. Faltaban 24 horas para cerrar el plazo de envío de cintas a la productora… ¡Mi agente me grabó en el lavabo de mi casa interpretando una viñeta del cómic!”.

Varios meses después, un público enfervorizado coreaba su nombre en el sancta sanctórum de todo fan de los cómics y los superhéroes: el Cómic Con de San Diego. Es humilde, asegura que hasta ese momento no tenía ni idea de la importancia del proyecto en el que se había metido. “De repente, me ha entrado cierto miedo a decepcionar a toda esa gente”, explica.

En Reino Unido parece que, a pesar de que su Charles Ryder tenga un poco de síndrome del pavo y muy poco de ambigüedad homosexual, su interpretación en Retorno a Brideshead, a las órdenes de Julian Jarrold, ha gustado bastante. Hasta el punto de haber firmado un suculento contrato con la  marca de ropa Hackett, aunque para la ocasión vista tejanos gastados, camiseta y gorro de lana al más puro estilo del seriote de Amaral. ¿Sabrá sobrellevar la fama? “De momento puedo ir al cine y emborracharme con mis colegas sin que me reconozcan. Intentaré seguir así, y si no puede ser… qué le vamos a hacer. ¡No me cambiaría por nadie del mundo!”.

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