Este artículo se publicó hace 14 años.
Mercedes Castro explora la ‘tragedia’ de la maternidad en ‘Mantis’
En su nueva novela, la protagonista es una mujer fatal con ansias de sangre que vive traumatizada por la relación con su madre
Mercedes Castro está un poco nerviosa. Su pareja le ha llamado porque su hija de tres años ha vomitado. Antes de la entrevista mira varias veces a su móvil. Es la tragedia de la maternidad. "Espero que esto no siga así porque todavía me queda toda la promoción", comenta.
La relación madre-hija es además el tema del que trata su nueva novela, Mantis (Alfaguara). La solapa del libro la vende como la historia de una mujer fatal, una comehombres, pero Castro lo deja claro: "No, no, quería hablar sobre el poder absoluto que te da la maternidad. Es increíble el poder que tienes para modelar a una persona. Es decir, si yo escribo es porque mi familia me inspiró el amor a la escritura. Y yo ahora reproduzco muchas cosas de mi madre".
El argumento de Mantis parte de una protagonista de una pieza, Teresa. Una cocinera hipermediática que consigue traer a su restaurante a todo el famoseo de la ciudad. "Es una pijaza guapa", dice Castro, que sostiene que "las personas guapas miran al mundo de otra manera". Teresa es una de esas mujeres sacadas de las revistas del corazón que vive en una casa que parece un castillo sacado de Edimburgo. Pese a todo el oropel, carga con un pasado cruento y una madre muy poco maternal. "Está inspirada en las viejas de los cuentos, en absoluto en mi madre, eh?", apostilla la escritora, quien sostiene que toda la maldad que acarrea este personaje se debe "a que lo ha recibido y lo está devolviendo. El mal no está en ella".
Castro se ganó a un buen número de lectores (y, sobre todo, lectoras) hace un par de años
Teresa choca a priori con Clara, la policía de su primera novela, Y Punto. Con esta historia de género negro, Castro se ganó a un buen número de lectores (y, sobre todo, lectoras) hace un par de años. Clara era aguerrida, desenvuelta y deslenguada en un mundo policial habitado por hombres. Sus ropas eran del Zara y debía combinar el trabajo con pensar la lista de la compra. Teresa es todo lo contrario: nunca dice tacos, su lenguaje es una ensalada de adjetivos y siempre viste de marcas. Y, por supuesto, aunque es cocinera, ella no se pringa. Ella idea.
"Quería cambiar totalmente. De todas formas, Teresa ya existía cuando trabajaba con la otra novela. Lo que ocurre es que me marqué el reto de hacer algo distinto. Por eso, esto es una novela gótica y no negra. Si hubiera hecho algo parecido, tendría a mucho público ganado, pero quería hacer lo que me apetecía. He sido muy egoísta", analiza.
No obstante, no hay tantas diferencias entre las dos novelas. La crítica a las dificultades de la mujer para la conciliación laboral de Y punto van más allá en Mantis. La protagonista no se limita a discutir, sino que mata a los hombres. "Yo no voy de feminista radical. En realidad es todo una broma. Un juego. Me hace gracia que cuando este tipo de cosas las hacen gente como Amelie Nothomb o [Michel] Houllebecq, se ven con ironía, pero ¿Y si lo hago yo?", se pregunta.
"Yo no voy de feminista radical. En realidad es todo una broma"
También están presentes en la nueva novela ciertos aires de venganza con respecto a su pasado como editora. En Y punto se advertía un revanchismo. En Mantis, las víctimas de Teresa pasan por ser un consejero delegado de una editorial y un librero. Castro, sin embargo, niega todo rencor: "No hay nada de eso porque no me parece sano, me gusta más la ironía, sin despechos. Lo que pasa es que si me apetecía tratar el mundo de la gastronomía porque en él hay una débil franja entre creatividad y márketing, ocio y negocio. Y tiene cierta relación con el mundo editorial que yo conozco muy bien"
Ahora le toca recibir las críticas. Cuando lanzó su primera novela afirmó que no se había puesto trabas. "No tenía un público al que defraudar o encantar", dijo. Ahora lo ve distinto. "Cuando la mujer a la que le compro el pan me dijo que le había gustado la novela, me entró el vértigo. Pensé que ahora iba a decepcionar", confirma. La novela acaba de llegar a las librerías. Habrá que ver qué pasa.
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