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Muerto Stan Lee, llega Superlópez

El héroe de barrio que creó Jan en 1973, un adefesio con leotardos grandes y con el calzón por fuera, llega al cine desde su planeta Chitón de la mano de Javier Ruiz Caldera para reprochar la manía española de machacar todo lo que sobresale.

Dani Rovira caracterizado de 'Superlópez'

“Hemos dinamitado un poco el género”. El director Javier Ruiz Caldera y el actor Dani Rovira se han convertido en los súper villanos nacionales contra el poder arrasador de las ‘majors’ americanas y sus ya cargantes adaptaciones al cine de los superhéroes que salvan al mundo. Con la reciente desaparición del genial Stan Lee, padre de tantas deslumbrantes criaturas con súper poderes, y huérfanos de la gran estrella de los cameos del género, llega nuestro héroe de barrio, Superlópez.

“Hacer esta película ahora es una respuesta a ese, primero gran éxito, y luego saturación de las películas de superhéroes. Superlópez nació como una parodia a Superman, pero juega con todos los clichés”, dice Ruiz Caldera. La estampa es la de un adefesio con leotardos y calzones por fuera, al que el traje encima le viene grande, porque se lo ha hecho su madre “y las madres siempre nos ven delgados y quieren que comamos más. Una cosa que es muy española”.

"Un mileurista normal"

La película, protagonizada por Dani Rovira, Julián López y Alexandra Jiménez, cuenta los orígenes de Superlópez, su llegada a la Tierra desde el planeta Chitón, cuando todavía era un bebé con bigote. Bautizado por sus padres terrestres —Gracia Olayo, fantástica, y Pedro Casablanc— como Juan López, este tipo es “un mileurista normal” que tiene que “aprender a lidiar con sus súper poderes”.

Con un guion escrito por Borja Cobeaga y Diego San José, sobre las historietas de Jan, esta primera entrega de nuestro héroe ha apostado por la comedia para todos los públicos, apartándose del sello de denuncia social que marcó los cómics posteriores. Sí hay, sin embargo, en esta película un dedo que señala inequívocamente, y reprocha, la tendencia española a no sobresalir, “porque al que sobresale le arrasan”.

“Es una realidad, desde pequeño, si sacas buenas notas, te conviertes en carne de bullying. Mejor si eres una medianía, como dice Superlópez. Mantener un perfil bajo a lo mejor es mejor”, dice el director, al que se une Dani Rovira, que asegura que “uno debe ser uno mismo y la naturaleza de Superlópez es salvar a la gente. Si vivimos condicionados por lo que la turba dice, tendremos un país cada vez más anodino, aburrido y triste”

"Una admiración mal gestionada"

“Lo lógico sería arropar desde el principio los nuevos talentos —continúa Ruiz Caldera—. Pero no, aquí cuando aparece el éxito, hay un placer en hacerlo caer. Hemos llegado a la conclusión de que Rosalía todavía no ha triunfado, porque no la han machacado aún”. Esto me recuerda, añade Rovira, eso de que “la envidia es una admiración mal gestionada”.

“En la película más que la denuncia social de muchos de los cómics lo que hay es un retrato de la condición española. Aquí hay que ser mediocre si no quieres que te machaquen. Y eso es una cosa que hay que corregir un poco”, afirma Julián López, que en la película da vida a Jaime, el amigo de Superlópez y el modelo de tío brasas, un miserias, que vende a cualquier si hace falta, aunque en el fondo tenga buen corazón.

'Superlópez'

'Superlópez'

"Un idiota de campeonato"

“Es un equivocado de la vida —dice el actor—. Un pelota, un cretino, un brasas, un idiota de campeonato, un tío que no acepta lo que puede venir de bueno, que no tiene escrúpulos y que te va a pisar si te tiene que pisar”. Una joyita que se pasa prácticamente toda la película acosando a Luisa Lanas, en manos de Alexandra Jiménez.

“Ella es una mujer que tiene una autonomía clara, pero también representa ese escepticismo español. Ella desprecia todo lo que sobresale, asume que no tiene cabida aquí. En su determinación es un poco camorrista”, señala la actriz, que asegura que se lo ha pasado en grande interpretando a un personaje como éste.

"A mi madre ni la toques"

Son personajes del imaginario español de Jan —ahora también de Javier Ruiz Caldera y de la pareja de guionistas— con los que se añade un elemento a la ecuación de la aventura del superhéroe: el del aterrizaje en un pueblo de España de un superhéroe, en lugar de en algún rincón destacado de EE.UU. “La cosa es que este hombre tiene que aprender a manejar los súper poderes que tiene, pero él es un español normal que tiene que pagar el IVA y la hipoteca. Y, por otro lado, al resto eso de los súper poderes tampoco les flipa tanto”.

Con un tono costumbrista, este Superlópez está más enfocado en la familia, “porque a nosotros nos interesa Juan López tanto como Superlópez. Además, tampoco nos interesa destruir el mundo, pero, eso sí, ‘a mi madre ni la toques’.
Un enfoque que “facilitaba la producción”, porque España no puede competir con los efectos visuales de las películas americanas de superhéroes. “La diferencia —sentencia Dani Rovira— no es el talento, es el presupuesto y nosotros con este presupuesto, que es grande para una película española, no tenemos ni para sentarnos a tomar café con Batman”.

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