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Una mujer que luchó contra todo para defender sus ideas

Un ensayo analiza los escritos de Simone de Beauvoir para desvelar la personalidad de la filósofa

GUILLAUME FOURMONT

Un castor es un pequeñoroedor, de cuerpo grueso y patas cortas, cubierto de pelo castaño, que se pasa el tiempo preparando diques en el agua. Nada que ver con aquella fotografía de una mujer de 32 años que desvela, en un cuarto de baño de Chicago, la belleza de su cuerpo desnudo. Era Simone de Beauvoir, una de las filósofas más importantes del siglo XX, eterna compañera de Jean-Paul Sartre, madre del feminismo, y todo el mundo la llamaba 'castor'. Un apelativo que le puso un amigo suyo, que cobra sentido cuando se lee a la escritora: 'Construiré una fuerza en la que me refugiaré para siempre'.

Simone de Beauvoir hubiera cumplido 100 años el pasado 9 de enero de 2008, ocasión que la prensa y las editoriales francesas aprovecharon para reeditar sus obras, publicar una infinidad de ensayos sobre la vida de la filósofa. Danièle Sallenave se leyó todo, absolutamente todo de Beauvoir y sobre ella, y no sólo quiso entender la figura de una mujer que cambió la vida de las mujeres, sino también su lucha personal e intelectual, sus dudas, para comprender el sentido de este 'refugio para siempre'. El resultado es Simone de Beauvoir, contra todo y contra todos (Galaxia Gutenberg), que se publica ahora en España.

'Lo confieso', dice Sallenave en una conversación telefónica desde París, 'después de tantos años de trabajo, sé que ella tenía miedo, pero ¿de qué? Aún no lo sé. ¿Del abandono? ¿De la muerte? No lo sé'. Por eso el libro, de más de 600 páginas, no es una biografía: 'Es una lectura crítica de sus memorias, sus cartas, sus ensayos, sus novelas para mostrar lo que dicen y no dicen'. 'Beauvoir eligió los elementos de su biografía para dar la imagen que ella quería para la posteridad', concluye.

Porque para muchos, hayan leído o no a Beauvoir, la francesa siempre será la autora de El segundo sexo, verdadera bomba en la conservadora sociedad de los años cincuenta, una obra que 'obligó a Beauvoir a tener una actitud de responsabilidad, de rigidez; se nota hasta en su manera de vestir', subraya Sallenave. Era la filósofa que siempre acompañaba y respaldaba a Sartre.

En sus primeros textos, Beauvoir subrayaba la importancia en su vida de su amiga Zaza, con quien lo compartió todo hasta la muerte de esta, en 1928; su amor secreto por su primo Jacques. Años más tarde, cuando escribió Memorias de una chica formal, Zaza apenas existe, Jacques es un pobre tipo y Sartre 'es luminoso, sobresale por todas partes y en cada momento. Su nombre aparece varias veces por página', según Sallenave. 'Es este proceso que enseño. Leo de Beauvoir desde hace años y me veo como un detective que sigue una pista: ella muestra su fuerza, sus certidumbres, pero también tiene dudas y es lo que me interesa'.

Para Sami Naïr, sociólogo francés y autor del prólogo de la obra de Sallenave, Beauvoir era una persona 'muy trabajadora, radical políticamente toda su vida, anticonformista [nunca quiso casarse con Sartre, quien tenía a varias amantes] y una persona fiel'. Sin embargo, lo importante de este libro para Naïr, quien trabajó con la filósofa en la revista Les Temps Modernes, es que analiza lo que queda de El segundo sexo y de la filosofía de Beauvoir en la actualidad. 'Fue un libro muy criticado en su época y Beauvoir había elegido la dificultad de enfrentarse a todo y a todos para el triunfo de sus ideas', dice Naïr.

El argumento principal de El segundo sexo es la denuncia de una educación que siempre privilegia al hombre y la reivindicación de la libertad de la mujer. 'Por suerte, no hemos esperado la liberación de todos los hombres, como decía Beauvoir, antes de liberarnos, nosotras las mujeres', apunta Sallenave. En esos tiempos de crisis financiera mundial, Naïr llama a 'la emancipación del género humano que recomendaba Beauvoir para no caer en el narcicismo'. Por su parte, la autora de Simone de Beauvoir, contra todo y contra todos denuncia las grandes desigualdades entre mujer y hombre, sobre todo en el sector laboral, y subraya que medidas sociales, como las bajas por maternidad, deben ser vistas como una necesidad para la sociedad entera y no perjudicar a las mujeres.

¿Quién era aquella mujer desnuda en Chicago? ¿A qué (o a quién) temía? Siempre se apunta a una contradicción hablando de Simone de Beauvoir, como si no tuviera derecho a disfrutar de su cuerpo. 'Ella sabía que podía ser superada por su sensualidad y privilegió su pensamiento, aunque también había mucho amor físico en ella y hay que leerla para entenderlo', apunta Sallenave. ¿Por qué Beauvoir no se quedó en Chicago con su amante? ¿Por su compromiso? 'Sí', dice Danièle Sallenave. ¿Por eso dio su vida a Sartre? 'Quizás'.

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