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Serie Quiz 'Quiz' convierte el juicio a un acusado de tramposo en puro entretenimiento televisivo

Movistar Series estrena esta ficción dirigida por Stephen Frears que aborda de una manera bastante fresca el caso del concursante de la versión original de '¿Quién quiere ser millonario?', la británica, acusado de hacer trampas.

‘Quiz’ convierte el juicio a un acusado de tramposo en puro entretenimiento televisivo / MOVISTAR+
‘Quiz’ convierte el juicio a un acusado de tramposo en puro entretenimiento televisivo / MOVISTAR+

A finales de los noventa la cadena ITV, cansada de que la BBC ganase la batalla de las audiencias, puso a trabajar a sus cabezas pensantes en la producción. Querían un evento, algo que mantuviese al público pegado al sofá, conteniendo la respiración y deseando ser ellos quienes estuviesen allí, en el plató. El resultado fue ¿Quién quiere ser millonario? El formato, ahora de sobra conocido, fue tan exitoso como el escándalo que vivió en 2001 personificado en Charles Ingram, un mayor del Ejército británico acusado de hacer trampas. Su historia se ha convertido en una miniserie de tres episodios titulada Quiz que dirige Stephen Frears (A Very English Scandal) y que llega hoy Movistar Series.

Basada en la obra de teatro escrita por James Graham, él mismo se ha encargado de adaptarla a la televisión dando como resultado una serie de solo tres entregas sorprendentemente divertida que se aprovecha del formato del propio programa para convertir el caso y el juicio en puro entretenimiento. Ya lo dice la abogada Sonia Woodley, interpretada por una ácida y lúcida Helen McCrory: "La Justicia es entretenimiento". Y de ahí parte.

Quiz convierte a todos sus protagonistas en cómicos involuntarios a tiempo parcial que se dejan llevar por sus aspiraciones y sus sueños de grandeza. Hay mucho de eso en las reuniones de los gerifaltes encabezadas por el creador del programa, Paul Smith (Mark Bonnar). Pero es que todos los miembros de su equipo son a cada cual mejor personaje televisivo. Elliot Levey, Jasmyn Banks y Risteárd Cooper como el nuevo director de programas David Liddiment hacen un gran trabajo. Sus encuentros alrededor de una mesa son ágiles, ingeniosos y con un ritmo mucho más acelerado del que se espera de un consejo de sabios en busca de la gallina de los huevos de oro.

Hay mucho de sátira y de humor en Quiz. Está de base en el guion, en ese momento en el que se mofan de la afición de los británicos a los concursos en pubs que combinan beber con responder preguntas. De ahí sale la idea original para Cash Mountain, que es como se bautizó al espacio originalmente. Después, en un momento de inspiración, a Paul Smith se le ocurrió otro título mucho más pegadizo: ¿Quién quiere ser millonario?

‘Quiz’ convierte el juicio a un acusado de tramposo en puro entretenimiento televisivo / MOVISTAR+
‘Quiz’ convierte el juicio a un acusado de tramposo en puro entretenimiento televisivo / MOVISTAR+

Gran parte del valor de esta miniserie reside en el tono, pero también en el reparto. A los mencionados hay que sumarles a Michael Sheen metiéndose en la piel de Chris Tarrant, un presentador que, aunque en España no es muy conocido es toda una institución en Reino Unido. Salvando las distancias, sería el equivalente aquí a Carlos Sobera, conductor de la versión española. Sheen se convierte enteramente en Tarrant y derrocha magnetismo y presencia creando la tensión necesaria para captar la atención del espectador. El del programa, y el de la serie.

Dándole la réplica, Matthew Macfadyen como ese mayor del Ejército con pinta de buena gente al que es difícil pillarme el punto. No se sabe muy bien si es realmente un tramposo o un ingenuo. Su personaje llega a decir algo parecido. Se las da de torpe e indeciso, de gracioso e inocente, pero la serie muestra, como si de un gran robo se tratase, todo el plan orquestado junto a su esposa (Sian Clifford) y su cuñado (Trystan Gravelle) para llevarse el millón de libras. Juntos forman un trío de lo más particular, como si fuesen los protagonistas de una comedia de enredos representando el papel de británicos al uso de clase media. La serie, que en Reino Unido se ha emitido en ITV, se basa en la investigación realizada y en el juicio a Ingram, su esposa y su cómplice. El matrimonio, casi dos décadas después, sigue defendiendo su inocencia y peleando en los juzgados por limpiar su nombre.

La serie arranca en el juzgado para volver atrás en el tiempo contando el origen tanto del programa como de la trama de fans de ¿Quién quiere ser millonario? un tanto obsesionados que llegaron a idear tácticas y estrategias complejas para superar las distintas fases del programa, sacar el máximo partido a los comodines y hasta, por lo que se aprecia, esquivar las reglas. Casi todo resulta cómico, dentro de la familia y fuera, pero también se muestran las consecuencias que el juicio mediático y paralelo tuvo para los Ingram. Todo el mundo dio por hecho que el mayor había hecho trampas y tanto él como su esposa y sus hijas tuvieron sufrieron el acoso de los medios, de algunos ciudadanos y hasta algún que otro ataque personal.

Movistar Series emite este lunes el primer episodio y en días sucesivos el segundo y el tercero. Después la miniserie estará completa y disponible en su servido de VOD.

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