Este artículo se publicó hace 3 años.
'La guardia', la serie donde el absurdo y divertido mundo de Pratchett cobra vida
Movistar Seriesmanía estrena este viernes esta serie ambientada en el Mundodisco de Terry Pratchett con Richard Dormer al frente del reparto.
María José Arias
Madrid-
La frase que mejor define lo que es el primer episodio de La guardia, adaptación del loco y desconchado mundo del Mundodisco creado por Terry Pratchett, la dice uno de los personajes protagonistas al final del mismo. "Al principio se hace pesado, pero luego engancha". Tal cual define La Muerte lo que se trae entre manos es lo que se aprecia, a primera vista, de una serie con una propuesta visual atrevida y atrayente. Este primer capítulo irradia ese humor tan difícil de trasladar de las páginas a la pantalla del autor británico y se lanza con una trama de thriller policial como anclaje.
La guardia, creada por Simon Allen para la BBC Studios, no es la primera adaptación al formato serie de una obra del venerado escritor de fantasía. Hace solo un par de años su novela conjunta con Neil Gaiman, Buenos presagios, vivió una exitosa adaptación. Pero el Mundodisco no es aquella historia del apocalipsis que querían evitar un ángel y un demonio encarnados por Michael Sheen y David Tennat. Aquí lo que se encontrará el lector de las novelas (y también el que no lo sea, obviamente) es una ciudad sumida en el crimen y el caos organizado llamada Ankh-Morpork. Se trata de la urbe más poblada de ese mundo plano sujeto por cuatro elefantes que recorren el universo subidos en el caparazón de una enorme tortuga que surca las estrellas llamada Gran A’Tuin. ¿Absurdo? Puede. ¿Divertido? Mucho.
Tanto como los personajes que pueblan la ciudad y que conforman la llamada Guardia, un grupo de personas acabadas, en horas bajas y sin otro lugar al que ir que forman una extraña familia en la que el capitán Sam Vimes hace las veces de nexo de unión entre todos ellos. Richard Dormer da vida a este extraño personaje pasado de rosca la mayor parte del tiempo e histriónico en las primeras escenas. Su actuación puede desconcertar e, incluso, incomodar en un principio, pero gana en tolerancia cuando baja unas revoluciones y se convierte en el agente que estaba destinado a ser. Ese al que un caso torcido empujó a la mala vida y al alcohol. En aquello mucho tuvieron que ver una traición y un amigo despeñado.
Completan la peculiar plantilla cuatro más. Von Überwald (Marama Corlett), la badass del grupo, una chica de aspecto menudo y la más dura con diferencia. Cheery (Joe Eaton-Kent), el forense de género no binario al que acosan unos fantasmas. El sargento Detritus (Ralph Ineson), un troll con pinta de saco de basura y una fuerza incontrolable. Y, por último, la más reciente adquisición de la Guardia: un agente humano de nombre Zanahoria (Adam Hugill) al que criaron los enanos. Es este personaje el que pone en evidencia lo absurdo que resulta a ojos extraños todo lo que ocurre en Ankh-Morpork. ¿Cómo es posible que no se pueda detener a un tipo que ha cometido un robo? Pues, básicamente, porque en la ciudad reina el crimen organizado en el sentido literal de la palabra. Como no podían derrotarlo, decidieron organizarlo en gremios y con cupos de delitos. Mientras se mantengan dentro de esas reglas, barra libre de delincuencia.
Ellos cuatro, junto con Lady Sybil Ramkin (y su dragón mini pero tan fiero como los de Daenerys), tendrán que resolver el robo de un libro de color rojo y contenido incierto que, de alguna manera, está relacionado con una persona del pasado de Vimes que ha vuelto para su tortura. Esa es la trama central, la que se abre en ese primer episodio centrado en cogerle el punto al humor de Pratchett y explicar quién es quién y qué hace cada uno ahí. No es fácil y juzgar una serie solo por su portada puede ser arriesgado. Los críticos de fuera que pudieron ver hasta cinco episodios antes de su estreno internacional no se pusieron de acuerdo sobre el resultado, pero sí hubo quien se posicionó a favor, aunque la historia de la serie tenga poco que ver con la de las novelas.
La temporada que ahora estrena Movistar Seriesmanía está compuesta de ocho entregas dirigidas por Craig Viveiros, Emma Sullivan y Brian Kelly. Además del humor y la trama policial, lo que más atrae de entrada de La guardia es esa estética que mezcla lo steampunk con cierto toque del época (como en la recientemente estrenada en HBO The Nervers), la oscuridad de la ciudad y sus personajes de vestuario y comportamiento estrafalario. En cuanto al argumento, más allá del envoltorio de fantasía y exceso, se queda dentro del de una de policías. Es decir, un caso a resolver.
Aún así, y superado el choque y desconcierto de los primeros momentos, el humor puede ser un buen enganche (sobre todo porque la serie no parece tomarse en serio a sí misma) junto con la rompedora Von Überwald y el pánfilo Zanahoria. Quienes hayan leído alguna, unas pocas o las 41 novelas de Pratchett y su Mundodisco probablemente prefieran el texto original a la adaptación. Quienes no y lleguen a ellas a través de la serie de BBC Studios, que les den una oportunidad. Merecen mucho la pena. Tanto como Buenos Presagios, que tuvo mejor fortuna la hora de ser adaptada.
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