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Villanos de récord

De 'Toro salvaje', pasando por 'Carros de fuego o Invictus', el cine se ha ocupado de algunos legendarios deportistas o de sus excepcionales historias. Stephen Frears cuenta ahora en 'The Program' ('El ídolo') la gran farsa de Lance Armstrong y su programa de dopaje.

Fotograma del film 'The Program' ('El ídolo')

BEGOÑA PIÑA
@begonapina

MADRID.- Embustero número uno, farsante, tramposo… el supervillano del mundo del deporte. Lance Armstrong dejó al planeta entero con la boca abierta al ganar siete veces consecutivas el Tour de Francia. Pero el periodista del Sunday Times, David Walsh, un irlandés enamorado del ciclismo y del periodismo sospechó que el deportista era "demasiado bueno" sobre todo después de haber superado un cáncer. Investigó con tesón y terminó destapando el mayor caso de dopaje conocido.

Ahora, el cineasta británico Stephen Frears, uno de los más versátiles del panorama mundial, cuenta esta historia en The Program (El ídolo), con un notable trabajo de Ben Foster en el papel de Armstrong y con Chris O’Dowd, en el de Walsh.

"Lance Armstrong analizaba la situación del ciclismo y pensaba "no se puede ganar sin dopaje". Tenía que hacerlo y creía que sus compañeros de equipo tenían que hacerlo”, escribió el periodista en el libro en el que se ha basado la película. Un relato que evidencia lo realmente difícil que resulta ganar ciertas pruebas deportivas o batir algunos récords sin "ayuda", de una forma limpia.

Ben Foster no ha sido el primer actor que interpreta en el cine a un ciclista real. Hace diez años, Jonny Lee Miller, muy conocido hoy por protagonizar la serie Elementary, se metió en la piel de otro ciclista famoso, el escocés Graeme Obree, en una película que no llegó a España, The Flying Scotsman. Pero no ha sido, precisamente, este deporte ni sus personajes principales los que más han llamado la atención del cine. Cuando éste ha querido llevar a la gran pantalla historias legendarias, o lo contrario, de algún deportista,

Dentro del ring

“Den un escenario a este toro donde pueda demostrar su bravura, pues aunque lo mío es pelear, más me gustaría saber recitar. Esto es espectáculo”. Martin Scorsese ha firmado la que es, sin ninguna duda, la mejor película jamás rodada sobre un deportista real, Toro salvaje (1980). Historia de Jake LaMotta, el toro del Bronx, llegó a ser campeón mundial de los pesos medios, pero lo que le hizo famoso fue su vida fuera del ring. Con esta radiografía de la derrota, De Niro –que se echó encima 30 kilos para interpretar al personaje- y la montadora Thelma Schoonmaker ganaron el Oscar. Incomprensiblemente, el premio a la Mejor Película se lo arrebató Gente corriente, de Robert Redford.

Escena de la película Toro salvaje (1980)

Escena de la película Toro salvaje (1980)

Con la reciente muerte de Cassius Clay, Muhammad Ali, es casi obligatorio recordar la película que hizo sobre él Michael Mann, Ali (2001), un filme digno, aunque sin detalles a destacar más allá de la interpretación de Will Smith, para muchos, la mejor de su carrera hasta el momento. Dos años antes, Denzel Washington había hecho también una sobresaliente interpretación en Huracán Carter, película de Norman Jewison donde se contaba la historia de Rubin Carter, boxeador condenado a tres cadenas perpetuas por triple asesinato. Russell Crowe encarnó a un boxeador real, James J. Braddock, en una buena película de Ron Howard, Cinderella Man: el hombre que no se dejó tumbar (2005).

Una pelea diferente, la de la lucha libre, es la que quedó retratada en Foxcatcher, gran historia real de Mark y David Schultz, dos atletas que consiguieron ser campeones olímpicos. Lo interesante, sin embargo, fue la relación y la propia figura del multimillonario John du Pont que se convirtió en su patrocinador, su entrenador y su verdugo.

Imagen de la película 'Carros de fuego'

Imagen de la película 'Carros de fuego'

En buenas manos

El cine ha sabido aprovechar algunas historias excepcionales y hacer con ellas muy buenas películas. Clint Eastwood lo hizo en Invictus (2009), donde, basándose en un libro de John Carlin, recuperaba la figura de Francois Pienaar, jugador de rugby de los Springboks y que fue capitán del equipo de Sudáfrica en 1995. Campeón del Mundo en el partido más importante de todos los que se han jugado en este deporte, el que consiguió cimentar la unidad nacional en el Sudáfrica de los primeros días de Mandela.

Matt Damon daba vida al atleta y Morgan Freeman al entonces presidente del país .Emoción y tensión consiguió Hugh Hudson en Carros de fuego (1981), donde retrató la rivalidad entre Harold Abrahams y Eric Lidell, dos atletas de excepción. Los protagonistas eran Ben Cross e Ian Charleson y la película ganó el Oscar. Y de rivalidades legendarias iba también Rush, la película que estrenó Ron Howard en 2013 sobre los pilotos de Fórmula 1: el británico James Hunt y el austriaco Niki Lauda, en manos de Chris Hemaworth y Daniel Brühl.

Fotograma del film 'Invictus'

Fotograma del film 'Invictus'

Beísbol y muy poco fútbol

La lista de deportistas reales que han visto sus vidas contadas en el cine no es muy extensa, pero sí lo suficiente para no poder hablar de todos ellos. Sin embargo, por los directores, los actores o las historias que se narran todavía se pueden destacar algunos filmes, como el clásico El orgullo de los yanquis (1942), donde Sam Wood dirigió a un maravilloso Gary Cooper, que daba vida a una de las más grandes estrellas del béisbol americano, Lou Gehrig. La película recorría la vida de este jugador, quien después de años sin perderse ni un solo partido, recibió la noticia de que sufría una misteriosa enfermedad. Chadwick Boseman ha sido también jugador de béisbol, el mítico Jackie Robinson, un negro contratado por los Dodgers de Brooklyn, en 42 (Brian Helgeland, 2013). Y Tommy Lee Jones movió muy acertadamente el bate, como Ty Cobb, en Cobb (Rob Shelton, 1994).

Aunque parezca increíble los futbolistas de carne y hueso son los deportistas que menos gustan en el cine (hablamos solo de ficción). En un par de meses se estrenará Pele, el nacimiento de una leyenda, una película de Jeff Zimbalist y Michael Zimbalist, que cuenta una parte de la vida del brasileño Edson Arantes do Nascimento, el mejor futbolista de todos los tiempos para todos los que no conceden ese título a Maradona. El argentino, por cierto, no tiene película de ficción propia, pero aparece o es motivo de algunas, como la estupenda El camino de San Diego (2006), de Carlos Sorín, o la recientísima La juventud, de Paolo Sorrentino.

Imagen de la película 'La juventud'

Imagen de la película 'La juventud'

Atletas y entrenadores

Hace muy poco se estrenó una historia sobre Jesse Owen, El héroe de Berlín (Stephen Hopkins). Destacan también Prefontaine (Steve James, 1997) y Sin límites (Robert Towne, 1998), biopics del mítico corredor de Oregón Steve Prefontaine (interpretado por Jared Leto y Billy Crudup, respectivamente), fallecido en un accidente de coche a los 24 años. Y ha habido filmes para algunos entrenadores famosos, como Moneyball (Bennett Miller, 2011), dedicada a Billy Beane, o Jim Ellis, que fundó el equipo de natación para negros en un suburbio de Filadelfia (‘Pride’, de Sini Gonera, 2007).

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