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670.000 euros en sueldos para soñar

El Mirandés, de Segunda B, puede esta noche clasificarse para los cuartos de Copa ante el Racing y seguir haciendo historia

ALFREDO VARONA

Quizá a la madrugada Carlos Pouso, técnico del Mirandés, escuchará Yesterday de los Beatles. Una canción perfecta en la soledad de la carretera. Volverá, desde Santander, en el autobús del equipo. Apenas tendrá luz y no será el momento de leer nada de su admiradísimo Arturo Pérez-Reverte. Pero la inquietud, para bien o para mal, ya habrá pasado. Y se sabrá si el Mirandés seguirá 'escuchando las campanadas en la Copa' o su vida se reducirá 'a los focos de Segunda B'.

Juega esta noche no para vivir, sino para soñar en El Sardinero frente al Racing (21.00 horas). El miedo no valdrá de nada en un club en el que la felicidad hace la montaña. 'Nos tocó hasta un pequeño reintegro en la lotería de Navidad', dice Luis Pobes, el gerente, que se enorgullece al ver el estado de la tienda del club. La mercancía se ha devorado entre las gentes de la ciudad. 'Hemos vendido lo que no está en los escritos', añade.

Desde hace tiempo, el Mirandés es una grata noticia. 'En los últimos seis años todos los jugadores del club han cobrado al día 5'. Un dato precioso en una ciudad industrial de 40.000 habitantes, que ha sido atacada por el paro. Y Pobes lo sabe. Se ha criado allí y antes de ingresar en el fútbol, fue comercial de suministros industriales. Pero nunca encontró tanta felicidad gracias a un balón. 'Vas por la calle y los niños juegan a ser como Pablo Infante, no como Messi'. Se trata de otra ideología que también pertenece a Pouso, el entrenador, fanático de Iribar en su niñez y con una profesión de mecánico ajustador por si falla el fútbol.

Hasta ahora, no tiene motivos. Su biografía de entrenador (Sestao, Eibar, Guijuelo y ahora Mirandés) tiene valor. Pero la gente humilde es así y Miranda es una ciudad muy especial. 'Tenemos una pequeña crisis de identidad', señala Pobes. 'Pertenecemos a Castilla León, pero estamos a tres kilómetros de La Rioja y a dos de Álava'. Por eso noches como la de hoy pueden lograr un carácter de leyenda en un club que, sin apenas subvenciones, invierte 670.000 euros para pagar los sueldos y pagarlos al día.

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