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A 90 minutos de la gloria eterna

España, con su mejor generación de futbolistas, busca revalidar el título de campeón de Europa y conquistar la triple corona. Un reto que ninguna selección ha logrado. Enfrente, la renovada y motivada Italia

JORGE YUSTA

No hay manera para poder calificar el reto en mayúsculas que afronta esta noche España. Ante el partido más importante de su historia, el que puede situarle en el lugar más excelso de la historia del fútbol, la mejor generación de futbolistas del país tiene en su mano revalidar el título de campeones de Europa, algo que ninguna selección ha conseguido hasta la fecha.

Pero no solo supone reeditar aquella primera gesta de hace cuatro años en Viena, sino el culmen del ciclo más glorioso, que se completa con la disputa de la tercera final de un gran torneo y que da acceso a la consecución de la triple corona. Eurocopa-Mundial-Eurocopa. Un hito que ninguna selección ha logrado hasta ahora. Tan solo la Alemania de los 70 igualó el paso donde se encuentra la Roja, pero la República Checa de Panenka evitó en 1976 que la República Federal alemana encadenara esos tres títulos en la recordada tanda de penaltis.

Ni siquiera la Brasil de los cinco Mundiales ha podido completar un episodio similar. Estuvo cerca aquel combinado canarinho que se impuso en el Mundial de Suecia de 1958 y revalidó el título mundial en Chile 1962. Esos jugadores no intercalaron la conquista de la Copa América.

La Eurocopa de Polonia y Ucrania tiene ante sí su gran final. España e Italia, sus protagonistas. La selección de Vicente del Bosque estaba en todas las quinielas para pelear por el título y ha cumplido con las expectativas pese a no haber llegado a la final con la mejor de sus versiones. Enfrente, una sorpresa relativa. Por juego, Alemania era la esperada. Pero la semifinal de Varsovia ofreció otro resultado. 

Ambos vuelven a medirse después de aquel partido en el que se estrenaron en el torneo. Veintidos días después el escenario es la final, la lucha por el título. El todo o nada. La gloria eterna o el olvido. Cada una ha llegado por caminos diferentes. Pero el que se lleve la victoria final será digno y justo ganador. Nadie les ha regalado nada y nadie puede dudar de que los estilos que han empleado para llegar hasata aquí elevan la dignidad de este deporte.

La Roja ha añadido a su calidad y a su estilo, la competitividad y el oficio. Cuando ha faltado la técnica ha acompañado el saber estar. Envuelto en un debate constante sobre el '9' por la ausencia de David Villa, Del Bosque ha demostrado tener recursos suficientes tanto en sus onces como en el banquillo como para superar a cualquier rival que tuviera delante. 

Ha sufrido también España en sus cinco partidos disputados hasta ahora. Sobre todo, en la primera parte ante Italia, contra Croacia y en muchos momentos del agónico encuentro de semifinales contra Portugal. Irlanda fue un bálsamo para elevar la moral y recuperar pegada y Francia, un recital antes de los duelos fatales.

Pero también España ha tenido consigo la suerte del campeón, la fraguada en la tanda de penaltis ante los lusos. Pero acompañada por el talento de Casillas, que apareció en el momento oportuno, Sergio Ramos, para plagarse de confianza y marcar a lo Panenka, y Cesc, que repitió el último penalti como hacía cuatro años contra Italia.

Del Bosque ha formado un bloque sólido. Diez titulares indiscutibles y la figura del nueve rotatoria en función del rival. Dos partidos para Cesc como 'falso nueve', dos para Fernando Torres y uno para Álvaro Negredo. Antes de la final solo tiene dos dudas por despejar: mantener a David Silva, del que preocupa su bajón físico, y elegir la referencia ofensiva. Si el canario se queda en el banquillo puede optar por un extremo como Jesús Navas o Pedro, que han respondido a la  perfección como revulsivos.

Más papeletas tiene Cesc. Italia es su rival favorito. En el primer partido logró el empate tras el gol de Di Natale y mantiene en su recuerdo aquella tanda de penaltis en los cuartos de la Euro 2008.  Del resto, nada que tocar. Casillas, Jordi Alba, Piqué, Sergio Ramos, Arbeloa, Busquets, Xav, Xabi Alonso e Iniesta.

Por su parte, Italia llega con la moral por las nubes. Su clasificación para la final con la exhibición de juego y remate ante Alemania ha refrendado su enorme competitividad. Da igual los jugadores, el gen ganador se instala al enfundarse la casaca 'azzurra'. Pero, además, Prandelli ha logrado en Italia cierta españolización. Ha cambio el estilo, ha renegado del catenaccio en pro de un estilo más vistoso y ofensivo. Quiere el balón y cuando lo tiene lo maneja con criterio, bajo la batuta de Pirlo y con la mordiente de la dupla Cassano-Balotelli.

Además recupera a dos jugadores que han pasado por lesiones como De Rossi y Chiellini o los laterales Abate y Maggio. Con una defensa a imitación de la Juventus, que se conoce a la perfección, un centro del campo que mezcla creatividad y retención con Marchisio, el propio De Rossi y Pirlo, con el mediapunta Montolivo y la conexión entre Talentino y SuperMario, Italia quiere regresar a la gloria. Ni se acuerda de la polémica de amaños de partidos con la que aterrizó en la Eurocopa. Cuantos más lios se generan en su entorno, más ganancias saca.

España: Casillas; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Xabi Alonso, Xavi; Iniesta, Silva y Cesc.

Italia: Buffon; Abate o Balzaretti, Bonucci, Barzagli, Chiellini; Marchisio, Pirlo, De Rossi, Montolivo; Cassano y Balotelli.

Árbitro: Pedro Proenca (POR).

Estadio: Olímpico de Kiev.

Hora: 20:45.

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