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Alexis desmonta el ímpetu amarillo

El Sevilla iguala a última hora ante un Villarreal con uno menos

ALBERTO CABELLO

El fútbol que se pinta en las cuartillas durante la semana tiene muy poco que ver con el que luego se plasma sobre el césped. Ni Sevilla ni Villarreal planearon un partido con tantas sacudidas como el de ayer. La pretensión de Marcelino y Garrido era la de una tarde en el que la conquista del centro campo tendría importancia capital en el desenlace. Uno y otro desnudaron la alineación de un delantero para reforzar el regimiento de volantes.

Pero no. El encuentro tuvo muchas cosas, aunque poco de esa pelea, que quedó olvidada en arrugados papeles esparcidos por el suelo de los vestuarios. Hubo mucho movimiento, porque ni Negredo ni Rossi tuvieron la paciencia necesaria para mirar desde la distancia ese cuerpo a cuerpo entre ambos mediocampos. Tampoco nadie impuso en esa zona cero la jerarquía suficiente como para tomar las riendas del juego.

Negredo y Rossi se hicieron pronto protagonistas del encuentro

A ratos tuvo la intención Borja Valero, pero no tardó en apuntarse más al empleo de llegador que de creador. El Sevilla dejó directamente ese rol en blanco. Trochowski se mantiene en una tundra gélida desde que llegó. Y el equipo lo nota.

El partido tuvo muchos trozos distintos. El primero dejó a los de Marcelino con un buen sabor de boca por las ocasiones clarísimas de Manu y Navas. Dos mano a mano con Diego López, que el portero resolvió de forma espléndida. Al tercer balón comprometido ya no tuvo más remedio que hacer penalti sobre el mediapunta madrileño. Teixeira vio clara la expulsión.

Negredo ejecutó horrible el castigo para luego enmendar el error con el rechace del recién incorporado César. El encuentro se ponía cuesta abajo para el Sevilla. El panorama era perfecto.

Los de Garrido se recompusieron tras la expulsión de Diego López

Sin embargo, no es suficiente excusa la inferioridad para que el Villarreal renuncie a sus principios. Además, siempre está Rossi para resolver situaciones tan apuradas. El equipo de Garrido se sintió más liberado. La genialidad del italiano, ayudado por una mala decisión de Na-varro, le regaló al Villarreal el empate en otro penalti.

De los visitantes, ni rastro. De nada sirvió la entrada de Kanouté y Rakitic. Al otro lado, Marco Rubén reemplazó a Gonzalo. Delantero por defensa con un menos en el campo. La caradura tuvo recompensa. El ariete aprovechó uno de tantos despistes de Alexis para encontrar un ángulo inalcanzable para Javi Varas.

Los resortes del Sevilla saltaron por los aires con esa remontada. Hizo todavía más directo su juego en la ansiosa búsqueda de Kanouté y Negredo. Encontró al villano, a Alexis, que igualó el marcador con un cabezazo impecable.

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