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Austria empata de forma agónica

AUSTRIA 1 - POLONIA 1. La anfitriona empata de penalti en el último segundo y se jugará todo ante Alemania en la última jornada

RAMIRO VAREA

El fútbol es un juego ilógico, caprichoso, inexplicable. Austria estaba virtualmente eliminada de la Eurocopa. Quedaban pocos segundos para acabar un partido que el árbitro había prolongado tres minutos. Los coanfitriones perdían con Polonia. Un solitario gol de Guerreiro, en el minuto 30, había dinamitado las esperanzas austriacas. Fue un bofetón terrible, porque hasta entonces sólo había un equipo: Austria.

La selección alpina arrolló como una apisonadora a Polonia. La caraja polaca era de tal calibre que parecía increíble que no llegaran los goles locales. En apenas cinco minutos, los austriacos pudieron matar el partido, con tres oportunidades clarísimas que desbarató el guardameta polaco, Boruc. Los de Leo Beenhakker se habían desinflado como un globo.

Con un boquete enorme en la defensa y un centro del campo inexistente, los polacos parecían tirar el partido a la basura. Mientras, Austria ofrecía la mejor versión de sí misma a base de coraje y confianza. Hubo caños, regates, llegadas al área, oportunidades... Sus futbolistas, con una técnica muy limitada, jugaban por encima de sus posibilidades. Hasta que llegó su momento fatídico de la noche. Polonia, en su única jugada de ataque decente, marcó el gol que nadie esperaba. Guerreiro, al borde del fuera de juego, mató el sueño austriaco.

A partir de ahí, los polacos se sacudieron la presión y se adueñaron del juego y de las ocasiones. Agarrotada por los nervios y cercada por las prisas, la selección alpina buscó un empate a la desesperada. Pero el fútbol es increíble. Con el partido a punto de expirar, Lewandowski agarró a Prodl dentro del área. El árbitro vio el penalti y Vastic anotó un gol que mantiene viva a Austria... y clasifica a Croacia para los cuartos de final.

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