Este artículo se publicó hace 13 años.
El 'déjà vu' de Evans
Cadel se enfrenta de nuevo a una contrarreloj que le puede dar el Tour.
Cadel Evans vive en un déjà vu, esa extraña sensación en la que uno se encuentra en una situación que cree haber vivido previamente. Hoy, como ya le pasara en el 2008, saldrá a la contrarreloj con la victoria final en París en el punto de mira. El australiano ha resistido la montaña, en la que partía en inferioridad, y sólo queda una prueba que, en teoría, le beneficia con respecto a los hermanos Schleck que le preceden en la clasificación general, tras la durísima etapa de ayer.
En aquella ocasión, el rival de Evans era un español, Carlos Sastre. El abulense había conseguido abrir una brecha de 1 minuto y 34 segundos con respecto al australiano, fundamentalmente en una exhibición en el Alpe d'Huez que le llevó a la victoria en la mítica cima. Sólo 52 kilómetros separaban al español de una victoria en el Tour que catapultaría su figura a la historia. Y lo consiguió. Con uñas y dientes resistió la fuerza de Evans, que sólo pudo sacarle 29 segundos en aquella penúltima etapa. En aquel día la especialización fue menos importante que nunca, la clave estaba en guardar un poco de fuerza después de 19 días sobre la bicicleta, y en eso prevaleció Sastre.
Pero esa no fue la primera vez en la que Cadel Evans se jugó un Tour en la contrarreloj final. El año anterior ya se quedó con la miel en los labios. Contador, que aún no era un gran contrarrelojista, le sacaba 1 minuto y 50 segundos y parecía tener sentenciado el Tour, pero Evans voló hasta Angoulême, donde terminó aquella etapa, y cerca estuvo de dar un susto al de Pinto, que se acabó adjudicando el Tour por unos exiguos 23 segundos.
Y hoy, una vez más, Evans se juega el Tour en unos pocos kilómetros, 42, que son los que tendrá la crono de esta tarde en las calles de Grenoble. Será su mejor oportunidad. Esta vez la diferencia está en sólo 57 segundos con respecto a Andy Schleck. Su hermano Frank, que le supera por cuatro, parece carne de cañón. La expectación es máxima y el reto, está claro.
Cadel Evans busca pasar a la historia con su primer Tour de Francia, pero también para evitar hacerlo por otro motivo: igualar a Poulidor con tres segundos puestos y ninguna victoria final en París.
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