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Descenso mortal en el Giro

El accidente del ciclista del Leopard Trek sobrevino durante el espeluznante descenso del Passo di Bocco

IGNACIO ROMO

Hoy se cumplía un año de la victoria de Wouter Weylandt en la tercera etapa del Giro 2010. Por uno de esos horribles recovecos del destino, el ciclista belga, un velocista, no podrá celebrarlo. La muerte le esperaba en una carretera italiana, en uno de esos vertiginosos descensos que ponen el vello de punta y convierten a los ciclistas en héroes. Weylandt se la estaba jugando en la bajada del Passo di Bocco, a 25 kilómetros de la meta. Al parecer, chocó con un muro lateral y golpeó el suelo violentamente con la cabeza. Su cadáver será sometido a autopsia hoy en Roma.

Los médicos acudieron con rapidez. 'A pesar de atenderle inmediatamente, no hubo nada que pudiésemos hacer, aunque hemos practicado la reanimación cardiopulmonar. Estaba inconsciente. Ahora estamos intentando reconstruir su caída', señaló el doctor Giovanni Tredici a la RAI.

Weylandt estuvo durante casi 40 minutos siendo asistido en el mismo escenario del accidente. El helicóptero que tenía que trasladarlo al hospital tenía problemas para aterrizar. Cuando lo logró, a cientos de metros de distancia, lo difícil fue acercar al corredor.

Weylandt había perdido mucha sangre por la nariz y también masa encefálica. Su muerte es la cuarta que sacude al Giro tras las del italiano Ponsin en 1952, el español Santisteban en 1976, y el italiano Ravasio en 1986, aunque este falleció dos semanas después.

Los organizadores del Giro confirmaron que hoy se disputará la cuarta etapa, aunque sin fiestas ni música en línea de meta. El Leopard Trek, equipo de Weylandt, valoraba ayer la retirada de la carrera.

Todos los equipos mostraron ayer sus condolencias, entre ellos, su antigua formación, el Quick Step: 'Lo recordamos como un hombre honrado, siempre dispuesto, con una sonrisa en la cara y generoso con los que tenía a su lado'. Andrei Tchmil, presidente del Katusha, fue el más explícito: 'Desde ahora, montar en bicicleta será mucho más difícil para todos'.

El Giro continúa, sobrecogido por la peligrosidad de sus descensos. Por esa doble moral que exige espectáculo y seguridad a la vez. El destino maltrató a Weylandt. Iba a ser padre en septiembre. Y fue inscrito a última hora en la carrera tras la lesión de Benatti, también tras una caída.

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