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Día 10: El taxista de Iniesta y los consejos

PEPE GARCÍA CARPINTERO

01. Hospital central

Ayer ya advertía que aquí no hay una hora tranquila. Un día de partido suele ser un día relajado para todas las expediciones... excepto para la española. El balneario de Puente Viesgo se ha convertido en un hospital de campaña. Cada vez que asoma un jugador por la recepción se disparan las alarmas. En estos momentos, son cinco los pacientes del ‘hospital’ móvil de la roja:Villa, Sergio García, Silva, Iniesta y Torres, que casi está ya de alta.

Iniesta y el doctor Jiménez se trasladaron desde el aeropuerto de Santander a Puente Viesgo en taxi. Allí estaba Pedro Cueto, el taxista, con un cartel de la Federación esperándoles. Pedro, con el que bajé del hotel de la selección a la capital cántabra, se confesó sorprendido por la extrema timidez del centrocampista albaceteño del Barça. “Que conste que a mí no me gusta el fútbol, pero tampoco me hubiera enterado de mucho. Iniesta ha hablado un poco por el móvil y ya está. Es un chico muy callado”. Un chico que prefiere hablar sobre el césped.

El séquito de la Federación es largo, extenso y variado, pero entre esa pléyade de directivos, consejeros, empleados... no se encontraba el director deportivo. Fernando Hierro llegó ayer a Santander, con retraso, anunciado eso sí, y en distinto avión que Iniesta. Se supone que se quedará con el equipo toda la concentración, aunque se moverá con libertad por Austria y Suiza. De hecho, ya ha confirmado su presencia en el partido inaugural.

En el Mundial de Alemania, la selección se ejercitó todos los días en el cuartel general de Kamen. Luis evitaba así desplazamientos en balde de sus jugadores y celebraba la rueda de prensa oficial en el hotel. Pero la UEFA no ha tragado. Ya ha advertido a la Federación que España debe realizar obligatoriamente el entrenamiento previo oficial en el estadio del encuentro y que Luis tendrá que dar la conferencia de prensa, también oficial, en ese mismo escenario.

El asturiano recibió ayer la visita de sus familiares. Tuilla, pueblo natal del jugador, se encuentra a una hora aproximadamente de Santander, así que su mujer, hija y familiares más directos se presentaron en Cantabria para verle y elevar su moral.

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