Este artículo se publicó hace 12 años.
EEUU-España reloaded
BALONCESTO. Londres repite la final de Pekín. La ÑBA necesita firmar un partido perfecto para arrebatarle el oro a la favorita
Como un flashback. Como un regreso al pasado se presenta la gran final del torneo olímpico de baloncesto. Una nueva cita entre las dos selecciones que dominan en los últimos años el panorama mundial. Estados Unidos y España. Un choque en la lucha por el oro, reedición del que ya disputaron los mismos contendientes hace cuatro años en Pekín.
En aquella ocasión, la ÑBA no se dejó matar hasta el último momento. Y murió con las botas puestas (107-118). Haciendo sudar a las estrellas de la NBA. Un oro que celebró EEUU como nunca. Y una plata que saboreó España como si fuera dorada. Era el orden natural de las cosas.
Pero la mejor generación de jugadores de nuestra historia, que llegó a aquellos Juegos con el oro mundial de 2006, no se ha cansado de ganar. Ha encadenado dos Europeos. Y se ha vuelto a plantar en una final olímpica cuatro años después.
Y eso que ha sufrido mucho más para llegar hasta aquí. El equipo no ha tenido la brillantez mostrada en otras ocasiones. Se ha desenchufado en fases fundamentales de los partidos. Y solo en la segunda parte contra Rusia en la semifinales enseñó la velocidad y el acierto anotador que le ha hecho tan grande. Las derrotas en la primera fase contra los rusos y Brasil dolieron pero permitieron unos cruces sin EEUU hasta el horizonte de la final.
Aguante físico y acierto, clavesHoy, dos van a ser las claves para lucharle la victoria a los americanos. Mantenerse concentrados durante los 40 minutos para que EEUU no se marcha pronto en el marcador y el aguante físico que mantengan los chicos de Scariolo. Si a eso se le suma clarividencia de cara al aro, la final puede estar, por lo menos, igualada. Sin engañarse. La favorita sigue siendo la selección NBA. Pero tienen bajarnos del cielo.
Para que España carbure necesita tres hombres fundamentales. Pau Gasol, el alma de este equipo. "Uno de los cinco mejores jugadores del mundo", como reconoce el propio seleccionador de EEUU, Michael Krzyzewski. Juan Carlos Navarro, al que la maldita fascitis le ha retenido en el banquillo más de lo que él hubiera deseado. Y José Manuel Calderón, que si se echa al equipo a la espalda no tiene quien le pare. Pero detrás deben presentarse el resto. Nadie sobra. Todos pueden aportar.
Enfrente, nada o poco que decir. Repiten de Pekín Kobe Bryant, Lebron James, Carmelo Anthony y Chris Paul. Ellos solos hacen un equipo All Star. Pero se les ha unido, entre otros, Kevin Durant, Chandler y Kevin Love. Pero nada es imposible. "Es algo enorme lograrlo dos veces (llegar a la final olímpica) con cuatro años de diferencia, pero no estamos satisfechos con llegar a la final", advirtió Pau Gasol.
Un finalón, en definitiva, en el que España no quiere ser comparsa. Quiere firmar la página más brillante de su historia. Materiales no le faltan. Es la revancha que reclamaba. Aquí la tiene. Es un EEUU-España reloaded.
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