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El grito del Ros

El equipo valenciano pierde la final de la euroliga femenina de basket ante el Spartak de Moscú

SALVA TORRES

Madres con bebés en sus brazos, jóvenes animadoras, chicas con el chándal del colegio, gritos ensordecedores, las feromonas por los aires y una pancarta que decía 'Baloncesto femenino: también existe'. Y para dar fe de todo ello, la alcaldesa Rita Barberá y la consellera de Cultura Trini Miró en el palco. La Fonteta de San Luis se vistió de taronja (naranja) para convertir Valencia en la capital de ese baloncesto femenino liderado por el Ros Casares.

7.800 espectadores abarrotaron el pabellón municipal, cifra récord de asistencia a una Final Four de la Euroliga femenina.

En las gradas, apelaciones a la gesta mediante ingesta de pancartas: 'La Plaza Roja es bonita, la de l'Ajuntament mola más' y 'El vodka está rico, pero la horchata más'. Sobre la cancha, el Ciudad Ros Casares, que tomó el testigo del antiguo Dorma Godella, último equipo español en conquistar la Euroliga, hace ya 17 años, dándolo todo para terminar rindiéndose a la evidencia: el Spartak de Moscú es de otra galaxia. Diana Taurasi, la Messi del baloncesto femenino, según reconoció Isma Cantó, entrenador local, hizo cuanto quiso para zozobra de las jugadoras del Ros.

Las rusas, 'altas, guapas y muy femeninas', destacó una periodista valenciana, se llevaron por cuarta temporada consecutiva la Euroliga. No es la californiana Taurasi ese prototipo de belleza subrayado, pero sí su baloncesto: anota desde todos los ángulos, maneras y posturas. Amaya Valdemoro, cinta naranja en el pelo y revolucionada para nivelar tan desequilibrante balanza, cruzó alguna sonrisa con la escolta rusa, porque después de todo el partido fue una fiesta.

La derrota, de hecho, casi fue lo de menos: la grada se rindió a la evidencia del Spartak. Lo importante era reivindicar el baloncesto femenino y se hizo. El Ros Casares, que ya perdió ante las rusas hace dos años, dio por buena la derrota a cambio de la imagen que dejó la Fonteta llena: el listón, en cuanto a nivel de asistencia, ha quedado alto. Los 7.800 espectadores reconocieron el esfuerzo de las suyas, aclamadas como vencedoras y soltando la adrenalina en forma de cañones de papel.

Valdemoro y De Souza, relajadas al principio como dos aficionadas más a pie de grada, resoplaron durante el partido viendo la superioridad del Spartak. Korstin, tan 'rubia y guapa como la Sharon Stone', soltó una joven animadora, Bird, Fowles y Osipova enmudecieron finalmente a las casi 8.000 gargantas. En las camisetas rusas se pudo leer al final: 'Ellas tienen camisetas doradas; nosotras, las medallas'. Las chicas también son, a su modo, guerreras.

Ros Casares (80): Palau (4), Snell (12), Vesela (5), Milton-Jones (19), De Souza (16)-inicial-. Aguilar (0), Montañana (10) y Valdemoro (14).

Spartak de Moscú (87): Bird (5), Karpunina (5), Taurasi (29), Osipova (8), Fowles (4) -inicial-. McCarville (20), Jekabsone-Zogota (0), Korstin (16), Vieru (0) y Miller (0).

Árbitros: Julien, Sudek y Reiter. Fonteta de San Luis (Valencia): 7.800 espectadores. Euroliga femenina de baloncesto.

Campeón: Spartak. Subcampeón: Ros Casares. Tercero: Ekaterinburgo.

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