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La lucha contra el dopaje: retos y desafíos

Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes

Termina 2012 y me pide Público echar la vista atrás y hacer balance de lo que ha supuesto 2012 en materia de protección de la salud del deportista y de lucha contra el dopaje. Nos aseguran frecuentemente desde fuera que nuestra imagen en el mundo puede mejorar en este ámbito, y en ello hemos trabajado con dos objetivos relacionados entre sí.

Por una parte, es necesario dotar a España de una legislación y de una organización administrativa capaz de afrontar con garantías el reto de alejar del deporte y de la sociedad española prácticas gravemente nocivas. Pronto llevaremos a las Cortes un Proyecto de Ley que la Agencia Mundial haya considerado en plena consonancia con el Código Mundial, y el mayor protagonismo que la Agencia Española está llamada a tener se anticipará también en el primer trimestre, modificando la normativa vigente.

Nuestras iniciativas deben convencer al mundo del deporte

Nuestras iniciativas deben convencer al mundo del deporte. Llevamos muchos años reivindicando nuestros méritos, pero lo definitivo es que los demás acepten que tenemos razón. Estos esfuerzos pensamos que han dado ya algunos frutos reseñables, y a lo largo de 2012 hemos oído con satisfacción en foros públicos a responsables de la lucha contra el dopaje internacional —la propia Agencia Mundial, a las autoridades de países como Estados Unidos- hablar bien de nosotros. Ello está teniendo su refrendo también en la prensa internacional. Como digo, son cosas relacionadas, pues esas aseveraciones se basan en los trabajos legislativos o en la colaboración de nuestra Agencia con otros países en operaciones contra el dopaje.

Es muy importante que continuemos este camino, aunque sea en ocasiones complicado, como acaba de ocurrir con la suspensión de la acreditación del laboratorio de Madrid. Hay que aceptar la realidad como es, y con total transparencia —que nos han alabado también en este caso— continuar con decisión dando los pasos precisos. Nuestros deportistas merecen que nos apliquemos a nosotros mismos, cuando menos, el mismo nivel de exigencia que tenemos con ellos.

Debemos seguir trabajando por combatir nuestras singularidades, que siguen manifestándose

El peor error sería hacernos trampas al solitario, y no querer ver la trascendencia que en el contexto internacional tienen algunas cosas que suceden aquí. El próximo juicio de la Operación Puerto es un reto, en el que somos los primeros interesados en que se llegue hasta el final. Y tenemos que interiorizar completamente que la lucha contra el dopaje es un fenómeno internacional, con reglas de esa naturaleza. Debemos seguir trabajando por combatir nuestras singularidades, que siguen manifestándose, y a estos efectos la modificación normativa deberá ser una solución definitiva.

Nuestra coyuntura actual nos sitúa ante un desafío precioso, la candidatura a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2020 en la ciudad de Madrid. En apenas tres meses nos valorarán, y unos de los aspectos que se juzgará es éste. Pero aún sin ese reto, cada uno y cada una de nuestros deportistas merecen el mejor esfuerzo de su Gobierno en la lucha contra esta lacra, respetando su generalizada opción por el juego limpio.

Lo merecen, y pueden contar con nosotros. Estamos ya realizando las reformas necesarias, con la convicción de que situaciones que afecten a nuestra reputación —y por tanto a la suya— deben disminuir hasta la desaparición, y que trabajaremos para que los reconocimientos externos hacia el trabajo antidopaje en nuestro país continúen incrementándose en 2013, porque los éxitos de nuestros deportistas también nos lo exigen.

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