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Luis Fabiano sella un triunfo cómodo

El Sevilla apenas tardó un cuarto de hora en marcar las diferencias que existen entre ambos equipos.

ALBERTO CABELLO

El Sevilla tardó apenas un cuarto de hora en tasar la diferencia que existe en estos momentos con el Levante. El valenciano fue el rival ideal para un equipo necesitado de una victoria después de un comienzo de temporada tempestuoso. El partido no sirve como referencia para medir hasta que punto el equipo de Juande ha superado sus inquietudes.

Dudas sobre todo defensivas que no se pueden dar por extirpadas ante el casi inexistente empuje de un conjunto levantino que está cerrado por reformas sin saber de dónde viene y hacia dónde va. Lo cierto es que casualidad o no, los andaluces no encajaron un gol después de mucho tiempo
con Dragutinovic en el puesto central, por primera vez en la temporada, y Adriano en el lateral izquierdo. La lesión del brasileño y la muerte de Antonio Puerta ha obligado al serbio a ocupar un puesto en el que no termina de transmitir buen pálpito.Un partido terapéutico para los sevillistas ante un rival sin argumentos que oponer. El Sevilla es un equipo que, a pesar de los malos resultados, sigue teniendo las cosas muy claras. Dos apariciones de los andaluces por la portería levantinista fue suficiente para que el partido quedará ya finiquitado a los quince minutos.

Esta vez, sí, el Sevilla tuvo algo de puntería para plasmar con goles su superioridad sobre el contrario. Sin embargo, continúa siendo muy deficiente el índice de efectividad de un equipo que llega a la portería contraria con la facilidad con la que lo hace éste. Nada más comenzar el encuentro, una de las habituales maniobras de Luis Fabiano, muy lejos de ser de un primor estilístico, le dejó con una pelota muy bien orientada para marcar el primer gol de la noche. Es el brasileño un futbolista desconcertante, delantero que exaspera por su cierta torpeza, para luego reivindicarse con goles. Demasiado pronto fue evidente que el Levante se las veía y se las deseaba para llegar con el balón controlado hasta el campo contrario. Sin reacción para el primero, llegó el segundo de los visitantes con un gol de penalti. El planteamiento de partido de De Biasi quedó hecho trizas en un suspiro. Un equipo tan desordenado, como pareció ayer el Levante, necesita una proeza para hacer daño a un rival como el de anoche.

Imperial Keita

El Sevilla no hizo más porque no fue necesario. Al tran tran, las ocasiones se sucedían una tras otras en la portería de Storari, sin que la pequeña revolución, a golpe de cambios, que el entrenador italiano intentó en el descanso surtiera el menor efecto. Un poco de toque y velocidad son veneno para el Levante. El imperial Keita se apoderó con facilidad de todo el territorio fronterizo con su ubicación y desde ahí el Sevilla labró su cómodo triunfo.
Los sevillanos resolvieron tan pronto que el partido se hizo largo. La relajación andaluza fue la pequeña aliada del Levante para poner llegar al área de Palop, un turista en la ciudad en la que se crió.

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