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Medel cambia las tortas por puntos

Un gol del chileno concede a Míchel su primer triunfo en Sevilla

ALBERTO CABELLO

Osasuna sacó de centro y Negredo salió como un poseso en busca de la pelota. Más allá de sistemas urgía un cambio de actitud en el Sevilla después de unas semanas en las que la forma de afrontar los partidos no había sido la más propicia.

Así que, antes de colocar a los jugadores e idear la forma de darle un bocado al equipo de Mendilibar, Míchel insistió en que lo primero era dejarse el pellejo en el campo. Las sobredosis casi nunca son buenas, pero ayer los locales se dieron un atracón de ánimo para levantar la peliaguda situación en la que se había metido después de ocho jornadas sin ganar.

La alineación, desde luego, era ya una intención categórica: los buenos tienen que ser los que solucionen el problema. Reyes, Negredo, Navas y Kanouté coincidieron en el once. Casi nada se dejó el entrenador en el banquillo para su estreno en el Pizjuán. Salió bien el experimento en líneas generales, aunque la posición de Reyes todavía no está definida tras unos cuantos partidos bailando de un lado a otro del campo. Ha pasado de la media punta a un refugio más cercano a los organizadores, como en San Sebastián, y ayer partió de la banda izquierda, pero siempre se dejó caer al centro. Eso provocó una cojera muy evidente, el flanco zurdo quedó sin catar hasta que Luna no apareció en la segunda parte.

Los navarros no opusieron demasiada resistencia a la estampida inicial. Bien colocado en defensa, se limitó a achicar campo sin balón y desechó la idea de contrarrestar el aluvión con la posesión de la pelota. Negredo y Navas lucieron los galones que Míchel les ha colocado a los pesos pesados del equipo. El madrileño estuvo mucho mejor en los gestos que en la definición. Se dejó caer a la banda, le dio cambios de orientación e hizo una dejada perfecta a Medel para que el Sevilla se pusiera por delante. Castigado después del intercambio de puñetazos con Spahic, el chileno volvió ayer a la alineación con un regalo muy especial para su entrenador.

Osasuna, entonces, tuvo que abandonar el aparcamiento en doble fila y mover el coche. El equipo empezó a sufrir menos cuando las líneas no estuvieron tan metidas atrás. La presión más adelantada también impidió una salida más cómoda de los centrocampistas rivales.

El atrevimiento rojillo llenó de incertidumbre la noche. Leka y Nino ya se asomaban al juego con más asiduidad. Un triunfo por la mínima apura, pero en la situación del Sevilla incomoda. Tuvo ocasiones para empatar el conjunto rojillo, pero Míchel parece que también se ha ganado para su causa a otro capitán general: Palop salvó el triunfo. Y Trochowski remató la faena.

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