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Metamorfósis Marcelino

El entrenador del Racing era un jugador frío con el balón y es un técnico de fuerte carácter

LADISLAO J. MOÑINO

'Mis peores momentos como jugador era cuando miraba cómo se entrenaban a lo lejos los titulares. Por eso intento que todos mis jugadores se sientan importantes de lunes a sábado', reconoció Marcelino en El Tirachinas.

Al entrenador del Racing, pese a que era una de las joyas de la prestigiosa escuela de Mareo, no le fue tan bien con el balón como con la pizarra. Retirado a los 29 años, ha acaparado más espacio en los medios de comunicación sentado en el banquillo que vestido de corto. 'Era un jugador muy técnico y habilidoso, pero algo frío. Como entrenador tiene más carácter y una fuerte personalidad', asegura Felipe Miñambres, que compartía habitación con él en el Sporting.

Discurso afilado

La presencia mediática de Marcelino tiene que ver tanto con sus éxitos como con su discurso afilado. En un mundo en el que los tópicos y las respuestas de carril inundan las ruedas de prensa, su sincera naturalidad retumba. 'Prefiero que el Madrid juegue sin Guti antes que con Robinho' o 'cuando un equipo se vuelca en ataque, si tú no tienes una buena defensa, es difícil. El Madrid es un equipo que arriesga con el balón, y si juegas con un equipo con identidad puedes generales dificultades', son algunas de las perlas que ha dejado esta semana ante la visita de su equipo al Bernabéu.

Igual de directo fue cuando pasó de Lopera este verano: 'No cedo en el número de bajas. Yo no sé entrenar a un grupo ni de 27 ni de 30 jugadores, y no creo que esto vaya a dar para más. Empezar la pretemporada con 28 sería dar el primer paso hacia el fracaso'.

Descartado el Betis, se fue al Racing para imprimirle el mismo sello que provocó la mejor temporada del Recreativo en Primera. 'Yo me he enfrentado dos veces con él como entrenador y dota a sus equipos de una gran agresividad. Tiene cuatro o cinco conceptos muy claros y los transmite bien a los jugadores'. Esa capacidad de comunicar el a qué quiere jugar se la ha dado la experiencia: 'Al poco de empezar entrené 15 días en Tercera y volví con los juveniles porque no me sentía capacitado para transmitir mis ideas'.

Ahora las tiene tan claras como la metodología a seguir: 'No comparto el método italiano de desayunar juntos. Si el jugador llega a las diez de la mañana y se va a las siete de la tarde acaba hasta los huevos'.

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