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Un nuevo capítulo en el caso Ibra

El delantero no jugó ni un minuto

RUT VILAR

Andaba la hinchada azulgrana enfrascada todavía en el caso Ibrahimovic, que con su suplencia ya no se puede obviar, cuando apareció en el Camp Nou Pedrito el oportuno. Todavía buscaban las cámaras el banquillo azulgrana para inmortalizar la cara de pocos amigos del delantero nórdico, cuando la maestría de Xavi y el talento de Messi confirmaron que este Barça sigue hambriento de títulos.

'Ibrahimovic es un jugador más, como otros que tiene el equipo, y todos pueden ser útiles', se limitó a responder el director deportivo azulgrana, Andoni Zubizarreta, preguntado en el descanso del partido por la ausencia ayer del sueco en el once de Guardiola. 'Estaré pegado al teléfono y al fax hasta el 31 de agosto'. Zubi no es ajeno a que el caso de Ibra tiene difícil solución. Todo parece indicar que el entrenador no lo quiere; de no ser así, ¿qué mal haría Guardiola a la institución de decirlo? Pero el club no encuentra una buena salida para el futbolista sueco, una cesión o traspaso que colme las aspiraciones económicas del Barcelona, por una parte, y del jugador y su locuaz representante, Mino Raiola, por la otra.

Mientras el asunto Ibrahimovic iniciaba ayer un nuevo capítulo, en la parte más alta del lateral de tribuna del estadio colgó durante todo el partido una gran pancarta que rezaba: Ànims Ibra (ánimo, Ibra). Poco consuelo para un deportista con el carácter del delantero azulgrana.

Por otro lado, y tras presentar su iniciativa política en la Universitat Catalana d'Estiu en Prada de Conflent, Joan Laporta celebró la invitación para que asista el próximo miércoles al Gamper que le ha remitido por carta su sucesor, Sandro Rosell. 'Aún no he recibido nada, no sé a qué dirección me la habrán mandado' bromeó. 'Lo vi en la web del club y estoy muy contento de poder asistir a la presentación de este fantástico equipo', apuntó Laporta.

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