Panenka, erre que erre

"No me arrepiento de haber tirado el penalti así, sino de haberlo lanzado mal". Apenas unas horas después de mandar al limbo la victoria del Getafe en el Bernabéu y permitir que el Madrid volteara el resultado con un gol en la prolongación, Casquero se reafirmó en su decisión de tirar el penalti a lo Panenka. Su lanzamiento se antojó una frivolidad, pero el centrocampista no siente que deba arrepentirse de ello. El estrambótico final del partido, con la incomprensible derrota de su equipo, no fue suficiente para que Casquero asumiera la irresponsabilidad de su acto, tal y como le recordó su propio entrenador al término del encuentro. "Nadie entiende lo de Casquero", afirmó Víctor Muñoz.

El centrocampista del Getafe insistió en dar una explicación convincente, aunque no lo tenía nada fácil para lograrlo. "Es una decisión que tomo en un momento determinado y que tiene mayor trascendencia porque tiro el penalti flojo y al medio", aclaró Casquero, que prosiguió con su defensa: "A lo mejor para muchos no pasa nada por tirarlo cuatro metros por encima del larguero o que te lo paren. Estaba convencido de que el portero se iba a vencer antes por el minuto que era, por la ansiedad y porque iba a elegir un lado", argumentó.

Por contra, Casquero sí se mostró enfadado por su golpeo de balón. "Estoy cabreado con mi golpeo, que no fue lo suficientemente bueno para hacer lo que pretendía. Me debería haber salido un poco más arriba y al medio. Es algo que he ensayado y estaba convencido de que en ese momento era lo mejor que podía hacer para marcar un gol", finalizó el jugador del Getafe.

Pese a que Casquero aseguró tener "todo el apoyo y fuerzas de los compañeros", muchos jugadores del Getafe seguían dándole vueltas a su penalti. Resignados e indignados a partes iguales, muchos recriminan en privado la decisión del toledano. "Todos sabemos que Casquero siempre falla en los partidos importantes", indicó con guasa a Público un jugador azulón.

Y es que Casquero está últimamente ligado a la polémica. Ya el año pasado, en el partido de semifinales de Copa que el Getafe jugó en Santander, el centrocampista tuvo que salir a la carrera de El Sardinero tras marcar el gol que dio el pase a su equipo cuando Garay estaba tendido en el suelo.