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"De premio nos dieron una pitillera"

Campeón de la Copa en 1948 y máximo goleador del Sevilla

ALBERTO CABELLO

Hasta hace muy poco Juan Arza (Estella, 1923) se obligaba cada mañana a correr su media hora diaria alrededor del Sánchez Pizjuán. Es la gran leyenda viva del sevillismo. Campeón de Liga en 1946 y de Copa en 1948, es el jugador que más goles ha anotado en la historia del club de Nervión: 182.

Hace ya 62 años que ganó la Copa con el Sevillaen Madrid.

¿Pero usted sabe lo que ha hecho? ¿Entrevistarme a mí?. Si yo no me acuerdo de nada. Va a tener que tirarme de la lengua a ver si yo voy recordando alguna cosa.

¿No recuerda que metió gol en todas la eliminatorias?

Bueno, pero eso era lo normal, que yo metiera los goles. Era el goleador, así que tampoco eso era noticia. Para eso me ponía el entrenador, para que metiera los goles.

La final la disputó ante el Celta en Madrid.

Ah, sí. Hacía mucho calor porque la final tuvimos que jugarla en verano. A ver si le puedo decir quién jugaba en el Celta. Hombre, claro, Miguel Muñoz y Pahíño. Luego se fueron los dos al Real Madrid. Tuvimos que concentrarnos en El Escorial porque Celta y Espanyol no paraban de empatar en la semifinal. ¿No jugamos en julio? (La final se disputó el 4 de julio en Madrid). Y de premio creo que nos dieron una pitillera. Igual que ahora con tantos millones.

¿Y qué me dice de su entrenador, Patricio Caicedo?

Ah, pues era muy bueno, muy bueno. Pero ahora puedo decirle que no hubo ninguno como Helenio Herrera.

Dejó huella en todos sitios.

Es que era un genio. Creo que ha sido uno de los mejores de la historia. ¡Qué carácter tenía! Nos tenía tiesos, cualquiera le decía algo. Sabía imponerse hasta a los presidentes. ¿Sabe que consiguió que nos dieran una prima de 5.000 pesetas pese a perder la final de la Copa de 1954 contra el Athletic de Bilbao? Nadie fue capaz de rechistarle. Y eso era un dinerito en aquella época.

¿No le da la impresión de que antes la Copa tenía algo más de importancia?

Es que eso yo no me lo creo. Eso lo dicen para disimular o cuando pierden, pero ganar la Copa es una de las cosas más bonitas que le puede pasar a un futbolista. Oiga, al final me estoy acordando de algunas cosas. No se quejará.

¿Qué me dice del fútbol de ahora, del Sevilla de estos tiempos'

Que a mí el que me gusta es Kanouté. Es un gran futbolista. Siempre en el sitio, siempre sabe lo que hacer en el campo.

¿Le recuerda a usted?

¿A mí? Pero si yo ya ni me acuerdo cómo jugaba. Lo que sí recuerdo es que me enfadaba muchísimo cuando me pasaban mal la pelota. Tenía mucho carácter. Eso no se me olvida. Vaya enfado que me pillaba cuando alguien me daba un mal pase.

¿Nunca le tentó fichar por el Madrid o por el Athletic?

No paraban de llamarme. Fui a Bilbao a firmar y no me decidí. ¿Sabe?, es que yo en el fondo era muy madrero. Me costaba mucho salir de casa. Si fiché por el Sevilla es porque aquí tenía una hermana.

¿El mejor futbolista de su época?

Dos, Di Stéfano y Puskas. Ahora, eso sí: no los podías tocar. Enseguida se tiraban o se enfadaban si les hacías una falta. Pero eran fenómenos.

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