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Siete dirigentes de la FIFA, detenidos en
Suiza por corrupción

La investigación ha sido impulsada por la Justicia de EEUU, que acusa a 14 miembros -incluídos dos vicepresidentes- del organismo de "organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero" en relación a la comercialización mediática y publicitaria de torneos de fútbol en Sudamérica. 

Una furgoneta policial a la puerta del hotel Baur au Lac de Zúrich. /REUTERS

AGENCIAS / PÚBLICO

WASHINGTON / ZÚRICH.- La Oficina Federal de Justicia de Suiza detuvo este miércoles en Zúrich a siete personas en el marco de una investigación abierta en Estados Unidos por presunta corrupción en el seno de la FIFA. En total, están acusados 14 altos cargos del máximo organismo, incluidos los vicepresidentes Eugenio Figueredo y Jeffrey Webb. Pero la investigación se amplía a un total de 47 personas, acusadas de "organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero, entre otros delitos".

Las fuerzas de seguridad suizas se han presentado este miércoles en el hotel de cinco estrellas Baur au Lac y han procedido a los arrestos a petición del Departamento de Justicia de Estados Unidos. El Ministerio de Justicia helvético ha concedido la petición de extradición solicitada por las autoridades norteamericanas. Seis de los siete directivos de la FIFA han rechazado su extradición a Estados Unidos, según ha informado la Oficina Federal de Justicia (FOJ) del país europeo.

Entre los cargos, derivados de una investigación llevada a cabo por el FBI desde hace tres años, figuran fraude electrónico, blanqueo de dinero y extorsión.

En un comunicado emitido por el departamento de Justicia de EEUU se ofrecen todos los detalles de la investigación y detalla los nombres de los involucrados. Entre ellos, también figura el expresidente de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz. El resto de los federativos acusados son el costarricense Eduardo Li, el nicaragüense Julio Rocha, el trinitense Jack Warner, el venezolano Rafael Esquivel, el brasileño José María Marín y el caimanés Costas Takkas.

La Justicia estadounidense no ha formulado cargos contra el presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, que se presenta a la reelección para un quinto mandato el próximo viernes en el Congreso de la FIFA en Zúrich. El único rival del suizo es el príncipe jordano Alí bin Hussein. 

También están acusados los ejecutivos de empresas relacionadas con la FIFA, Alejandro Burzako, de la argentina Torneos y Competencias; Aaron Davidson, de Traffic Sports USA, y Hugo y Mariano Jinkis, del Full Play Group de Argentina. Según esta investigación los acusados estarían implicados en la obtención de sobornos por valor de más de 150 millones de dólares, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

 

Entre los 47 cargos por el enriquecimiento ilícito durante 24 años mediante la corrupción del fútbol, los beneficiarios habrían logrado "lucrativos derechos de comercialización en los medios y mercadotecnia en torneos internacionales".

Entre los torneos y partidos sospechosos se encuentran algunos encuentros de clasificación para el Mundial correspondientes a la CONCACAF, la Champions League de la CONCACAF, la Copa América o la Copa Libertadores.

Otros presuntos involucrados en esta investigación citados en el comunicado oficial son Charles Blazer, ex secretario general de CONCACAF y antiguo representante de Estados Unidos en el comité ejecutivo de la FIFA y José Hawilla, propietario y fundador del conglomerado mediático brasileño Traffic.

"Corrupción rampante, sistemática y profundamente enraizada" es la descripción de la fiscal general Loretta Lynch, que puntualiza que "se ha extendido en las dos últimas generaciones de federativos que abusaron de sus puestos de confianza para conseguir millones de dólares en mordidas y sobornos".

La fiscal general norteamericana señala como víctimas a multitud de competiciones y torneos de países en desarrollo que deberían haberse beneficiado de los ingresos generados con la comercialización de los citados derechos y los aficionados en Estados Unidos y en todo el mundo.

Algunos de los responsables de estos delitos pueden afrontar penas de cárcel de 20 años, según la nota, que precisa que además de los 10 años de prisión que le pueden pedir, a Figueredo le podrían revocar su nacionalidad estadounidense por falsificación.

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