Hace 35 años, el 8 de septiembre de 1975, Manolo Orantes (Granada, 1949) fue el último tenista español en conquistar el Abierto de Estados Unidos. 'En la semifinal la gente se marchó del estadio dando por hecho que Vilas, mi rival, jugaría la final [el argentino ganaba 5-0 en el set definitivo]. Sólo se quedaron los entrenadores y algunos amigos y familiares', recuerda. Orante remontó y después batió a Connors, ídolo local. Hoy casi todo ha cambiado, ya no se juega en Forrest Hills y, sobre todo, ya no se hace sobre tierra batida verde. 'Cuando cambiaron a Flushing Meadowspreguntaron a los jugadores americanos y ellos prefirieron las pistas duras', relata.

Aunque en cemento es más complicado, Orantes tiene fe en Nadal. Confía en que le suceda en el palmarés español del torneo: 'Se ha programado mejor física y moralmente y tiene muchas posibilidades. En años anteriores llegó en reserva tras jugar muchos partidos'. Nadal, que ayer ganó a Feliciano (6-3, 6-4 y 6-4), se mide esta noche en cuartos a otro español, Verdasco, que venció a Ferrer tras una épica remontada: 5-7, 6-7(8), 6-3, 6-3 y 7-6(4), en 4 horas y 23 minutos.

El balear nunca ha ganado en Nueva York a un top ten y, por contra, jamás ha caído ante su amigo madrileño, número 8 del mundo. 'Hay jugadores como Verdasco que pueden dar la sorpresa en un partido -avisa Orantes-, pero para ganar el torneo hay que mantener la misma intensidad cada día'.

El campeón de 1975 apuesta por la final soñada, Nadal-Federer: 'El suizo llega con confianza y mentalmente es fuerte en los Grand Slam'.