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Villa, lo único que queda de La Roja

ENRIQUE MARÍN

Sí, es fácil echar en falta a los que no están y siempre que se proponen entradas hay que acompañarlas de las salidas correspondientes. Claro que cuando se habla de futbolistas como Silva y Cesc, dos abrelatas, resulta más sencillo hacerles un hueco. Aún más si el partido parece cualquier entrada a Madrid en un día sin Metro. Del Bosque insistió en jugar con Busquets y Alonso y con Villa y Torres. Parece que su fútbol se reduce a abrir a banda, centrar y rematar, de ahí que entrara Llorente. Sin salida desde atrás y con escaso juego de asociación. Pese a todo, el gol llegó por dentro, con un taconazo de Xavi a Villa, las cenizas de La Roja de verdad.

Lo que unió Luis, lo separa Del Bosque...

Autogestión o no, Xavi enseguida interpretó lo que tenía que hacer para entrar en juego y se situó entre Busquets y Alonso. España empezó bien, con chispa, pero sin prender la mecha. Poco a poco empezó a empotrarse en el entramado de Portugal, con el desgaste que ello supone. Con dos puntas que necesitan espacios y con dos centrocampistas pensados para equilibrar defensivamente, pero que lo desequilibran con balón. España está en cuartos, pero lo que unió Luis, lo ha separado Del Bosque... y lo mantiene en pie Villa con sus goles. ¡Ha vuelto la furia!

¿Ha jugado Cristiano el Mundial?

Con Queiroz en el banquillo, Portugal había terminado 20 de los 25 partidos con la puerta a cero y los últimos 19 sin perder. Una de dos: o a Del Bosque le da igual cómo juegue el rival o no estudió demasiado a Portugal. Dominio ficticio por parte de España y cesión preventiva de los lusos. Queiroz dijo no voy y llegó con peligro, mientras que España parecía que iba, pero no llegaba, lo que no deja ser lo mismo. Al final, el talento individual de los españoles se impuso a la excesiva renuncia de Queiroz y al anonimato en el que ha vivido Cristiano todo el Mundial.  

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