Este artículo se publicó hace 2 años.
Cuando los impuestos suben solos por la inflación y el IRPF te sale a pagar más
El mantenimiento de los mismos bloques de ingresos por tres gobiernos para calcular el impuesto desde hace siete años, y que Hacienda no muestra intención de revisar, obliga a los contribuyentes a tributar por unas rentas que en la práctica se han reducido más de un 11%, con el grueso de ese desfase concentrado en el último ejercicio.
Zaragoza-
"Esto viene sucediendo desde que no se revisa la escala de tramos del IRPF, que fue aprobada en 2014 con efectos para 2015. No hay ninguna obligación de hacerlo, pero cuando la inflación se dispara tiene efectos claros. Con las cifras actuales se deja notar con claridad", explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha, el sindicato de los técnicos del Ministerio de Hacienda.
Se refiere a la llamada 'progresividad en frío', que es la distorsión que la inflación puede provocar en los impuestos directos, y a la deflactación, en este caso del IRPF, que es el tecnicismo que designa la fórmula que se aplica para paliar ese desfase, consistente en revisar los valores nominales de partida de acuerdo con la variación del IPC.
La situación, explicada en términos coloquiales, vendría a consistir en que el IPC cerró el año con un aumento interanual del 6,5% y del 3,1% en términos de media, unos encarecimientos de la cesta de la compra cuya magnitud, desconocida en tres décadas en el primer caso y en trece años en el segundo, recorta notablemente la capacidad de compra de unos salarios y pensiones cuyos perceptores, sin embargo, siguen tributando por unas rentas cuya cuantía nominal es netamente superior a la efectiva por, precisamente, el recorte que aplica en ellas la inflación.
El hecho de no revisar los tramos del IRPF, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, agrava la merma de poder adquisitivo de esos salarios y pensiones, ya que sus perceptores pagan por una parte de ellos más impuestos de los que les correspondería en caso de haberse aplicado esa deflactación.
La normativa sobre este impuesto contempla varios tramos de ingresos en función de los cuales va aumentando la presión fiscal: hasta 12.450 euros es del 19%, entre esa cifra y los 20.200 se eleva al 24%, de ahí a los 35.200 sube al 30% y así sucesivamente.
Eso significa que alguien cuya única fuente de ingresos fuera un salario medio, de 22.837 euros brutos según la Encuesta Anual de Coste Laboral del INE (Instituto Nacional de Estadística) de 2020, tributaría 12.450 euros al 19%, 7.750 al 24% y los 2.637 restantes al 30%, lo que le supondría una factura de 5.016; siempre en el plano teórico, sin desgravaciones ni deducciones.
Hacienda confirma que no va a revisar los tramos
De haberse revisado al alza con la inflación del último año esos tramos, esa factura se quedaría en 4.897,31, que son 119 menos, al aumentar las cantidades afectadas por tipos más suaves.
Y, de haberse aplicado esa deflación para los siete años que, desde enero de 2015, esa escala lleva congelada mientras el IPC crecía un 11%, el ahorro, o la renta disponible por no tener que pagarla como impuesto, aumentaría en otros 82,51 para llegar a 201,51, que es casi un 1% del salario.
Es decir, que la no revisión de los tramos del IRPF de acuerdo con la inflación añade casi otro punto (0,88%) a la presión que esta está provocando sobre los salarios medios y las pensiones.
Fuentes del Ministerio de Hacienda explicaron que no está en la agenda del Gobierno revisar los tramos del IRPF pese al aumento de la inflación, que está alcanzando un ritmo que no se daba desde principios de los años 90 y que, según las previsiones de entidades como Funcas, la fundación de las antiguas cajas de ahorro, va a mantenerse por encima del 5% hasta la primavera y no bajará del 4% antes de agosto, para cerrar 2002 con una media del 3,7% que supera en más de medio punto la del 3,1% de 2021.
"No se van a tocar los tramos", indicaron las fuentes consultadas, que hicieron hincapié en que, tal y como ocurre con las revisiones de las pensiones y de los sueldos públicos, el Gobierno se guía por la media anual del IPC en lugar de por el índice interanual, que ofrece registros más bajos.
Los efectos secundarios de la subida
Las subidas salariales de este año han paliado en parte esa merma de poder adquisitivo, aunque no tanto como parece desprenderse de algunos indicadores oficiales, en una situación de la que ya venían advirtiendo durante la etapa de recuperación previa a la pandemia instituciones como la Agencia Tributaria, cuyos informes de recaudación detectaban que la mejora de los resultados empresariales no se estaba traduciendo en otra de los sueldos.
Un informe del Gabinete de Estudios de CCOO estima que diez millones de trabajadores entraron en 2022 con el sueldo congelado, otros 3,5 tuvieron alzas de menos del 1,5% y casi 2,5 más las registraron de entre el 1,5% y el 3%, es decir, por debajo de la media del IPC y de menos de la mitad de la interanual.
"Hace mucho que no se revisan las escalas de renta de acuerdo con la inflación", señala Mollinedo
En todos esos casos, la pérdida de poder adquisitivo generada por ese desfase entre revisión salarial e IPC se suma a la derivada de la congelación de los tramos, que afectará igualmente a los trabajadores de las empresas con subidas cercanas a la inflación como Mercadona o Supercor, cuyas negociaciones colectivas acabaron con mejoras del 6,5% y del 5,9%, en ambos casos con mayores volúmenes del salario en los tramos superiores.
"Hace mucho que no se revisan las escalas de renta de acuerdo con la inflación", señala Mollinedo, que explica que "la deflactación supondría aplicar el IPC a los tramos sin tocar los tipos marginales" que se imputan en cada uno de ellos. "La última deflactación se hizo antes del año 2000", recuerda.
El portavoz de Hacienda de Cs en Aragón, José Luis Saz, pidió este martes al Gobierno de esa comunidad que aplique la deflactación en el tramo autonómico del IRPF "con el fin de ajustar los tramos de la escala de dicho impuesto a la evolución de la inflación y a la capacidad económica real de los contribuyentes".
"La inflación es un fenómeno que castiga con mayor severidad a los ciudadanos con menos capacidad económica al suponerles, en términos relativos, una mayor pérdida de poder adquisitivo", anotó.
Revisarlo, en cualquier caso, tendría dos efectos inmediatos: una merma de la recaudación, o un ahorro para los hogares, según se mire, de varios cientos de millones de euros y trabajo extra para los departamentos de contabilidad de las empresas y para las gestorías ante la necesidad de aquilatar los nuevos tramos de las retenciones a cuenta del IRPF.
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