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Agencia Tributaria Las empresas mejoran sus resultados y superan la crisis pero no lo repercuten en los salarios de sus empleados

La Agencia Tributaria certifica un cuadro de desaceleración económica, congelación de sueldos y subida de precios que augura una prolongación de las estrecheces para las familias españolas.

Las ministra de Economía, Nadia Calviño, y la de Hacienda, María Jesús Montero, durante el acto de toma de posesión del nuevo gobernador del Banco de España. EFE/Chema Moya

La Agencia Tributaria ha certificado en su Informe Anual de Recaudación la cicatería de las empresas españolas en materia salarial tras haber superado formalmente la crisis y obtener ya mejores resultados que antes de que estallara, tal y como venía avanzando la evolución del PIB, superior ya en 48.437 millones al histórico de 2007.

“En los dos últimos años ha culminado el proceso de recuperación de los resultados de las sociedades”, señala el informe, que también “concluye que en 2017 se habrían recuperado los beneficios previos a la crisis”.

Otra cosa es que esa evolución positiva de las ganancias empresariales se esté dejando notar en el Impuesto de Sociedades, que “todavía no ha alcanzado el máximo de 2006” aunque ya han “sobrepasado los resultados anteriores”. De hecho, los ingresos se quedaron 1.256 millones por debajo de las previsiones. Entre otros motivos, por la posibilidad de descontarse pérdidas de los cinco ejercicios anteriores que ofrece este tributo a las empresas.

Y otra más, que tampoco está ocurriendo, es que esa bonanza esté teniendo impacto en los salarios, tal y como demuestra la evolución del IRPF.

“El salario prácticamente no cambió”

Los ingresos por este impuesto, el principal de la Hacienda Pública española, aumentó el año pasado “un 6,4%, gracias, principalmente, a la creación de empleo”, así como al ”elevado crecimiento de las ganancias patrimoniales en fondos de inversión y a las rentas de las empresas personales”. Sin embargo, la Agencia Tributaria deja claro que “el salario y tipo medio efectivo de retención prácticamente no cambiaron”.

Es decir, que los sueldos prácticamente quedaron congelados, con una ganancia media de 25.038 euros brutos por trabajador (22.993 en la empresa privada, 34.567 en la pública) que revela una mejora de solo 137 euros y de 224 desde que comenzaron los llamados ‘brotes verdes’ a principios de 2014.

"El salario medio en 2017 fue aproximadamente el mismo que se promedió en 2008"

La remuneración de los asalariados aumentó un 3,3% el año pasado, por encima del 2,9% del ejercicio anterior, con una pequeña recuperación a partir del tercer trimestre. Ese avance de la nómina global de los trabajadores españoles parece estar, como apunta Hacienda, más cerca de los aumentos de la ocupación  del 2,3% y el 2,6% que recoge la EPA (Encuesta de Población Activa) para esos años que de las subidas salariales del 1,5% que registra el Ministerio de Empleo para los convenios, que apenas protegen a la mitad de los trabajadores.

“El principal factor que impulsó el crecimiento de la masa salarial fue la creación de empleo y, en el tramo final del año, el repunte de las retribuciones medias, después de años de estancamiento”, señala la Agencia Tributaria. No obstante, añade, “el salario medio en 2017 fue aproximadamente el mismo que se promedió en 2008” (24.903 euros).

“Una subida salarial muy alejada del escenario macroeconómico”

Esa cicatería de las empresas a la hora de mejorar los salarios, pese a la pujanza del negocio y a los elevados niveles de productividad, tuvo un impacto notable en la recaudación del IRPF, cuyos ingresos “fueron un 1,3% inferiores (989 millones) a los que preveía el presupuesto”.

La principal desviación se dio en las retenciones del trabajo y su motivo fue una subida salarial muy alejada de la que se contemplaba en el escenario macroeconómico”, que “supuso una menor masa salarial de la esperada”, concluye la Agencia Tributaria.

La congelación de los salarios no es la única mala noticia que el Informe Anual de Recaudación reserva para las familias: se combina con una “ligera desaceleración de la actividad” económica y con un “repunte de los precios” frente a la estabilidad de los últimos años, en un proceso que tuvo como “causa fundamental” la “evolución de los precios energéticos, con descensos en 2016 y fuertes incrementos en 2017, aunque en el resto de bienes y servicios también se apreció una ligera subida”.

Esos fueron los motivos principales para que el gasto de los hogares creciera un 1,8%, algo que, por otro lado, tuvo efectos positivos en la recaudación por IVA: el consumo gravado por este tributo aumentó un 6,5%, más de dos puntos por encima del avance del año anterior, “principalmente por la subida de los precios”.

Cuatro millones de hogares pobres

La combinación de esos tres factores apunta a que las estrecheces de las familias españolas, con casi cuatro millones de hogares inmersos en la pobreza o al borde de ella (el 21,7%), van a prolongarse.

Los ingresos tributarios alcanzaron el año pasado en España los 193.591 millones de euros, con un aumento del 4,1% que superó en un punto al avance del PIB.
Las tres grandes fuentes de ingresos de la Agencia Tributaria, el IRPF, el Impuesto de Sociedades y el IVA, aportaron, respectivamente, 77.038, 23.143 y 63.647 millones de euros, con crecimientos del 6,4%, el 6,8% y 1,3%.

Paralelamente, los Impuestos Especiales, que gravan el consumo de energía, alcohol, tabaco y otros productos, generaron ingresos por valor de 20.308 millones, con un crecimiento del 2,2%, mientras el resto de tributos aportaban 9.815 millones, un 3,9% más.

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