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El BCE mantiene los tipos bajos ante los nubarrones en el panorama económico

La entidad deja en el 0% el tipo con el que seguirá prestando en las operaciones semanales de refinanciación, y en el 0,4% el  que cobra a la banca por el exceso de sus reservas. El BCE evaluará si es necesario mitigar impacto de tipos negativos en los bancos

Vista de la fachada del Banco Central Europeo (BCE), en Fráncfort (Alemania). EFE/ Ronald Wittek

Balazs Koranyi y Francesco Canepa/Reuters

El Banco Central Europeo (BCE) dejó el miércoles sin cambios su política monetaria ultra expansiva, tal como anticipaba el mercado, a la espera de que sus recientes estímulos monetarios surtan efecto en la economía y contrarresten la desaceleración global.

Con la decisión del jueves, el tipo del BCE sobre depósitos bancarios a la vista, que actualmente es su principal herramienta de tipos de interés, se mantiene en el -0,40%, mientras que el tipo principal de refinanciación, que determina el coste del crédito en la economía, se mantuvo sin cambios en el 0,00%.

El presidente del BCE, Mario Draghi, confirmó que las autoridades de política monetaria están considerando medidas para mitigar el impacto de los tipos de depósito negativos en los bancos, y evalúa aplicar tarifas escalonadas para los nuevos préstamos de bajo coste a dos años que ofrece la entidad, aunque sostuvo que era demasiado pronto para tomar una decisión.

"Necesitamos más información y contaremos con esos datos entre este mes y junio", dijo Draghi en la rueda de prensa posterior a la divulgación del comunicado de política monetaria del banco central.

En un momento en que la economía de Alemania ronda una recesión, el BCE dijo un paso atrás en sus planes de empezar a ajustar la política monetaria pero podría mostrarse reticente a emprender nuevas actuaciones porque las causas del enfriamiento económico (una demanda débil y las turbulencias políticas) están mucho más allá del alcance de su arsenal.

Draghi dio pocos detalles sobre las medidas de estímulo específicas que podría tomar el BCE, pero destacó que existen más riesgos bajistas para la economía debido a las disputas comerciales globales y a otros elementos de incertidumbre. "Los datos recientes siguen siendo débiles, especialmente en el sector manufacturero (...) Se espera que el menor impulso al crecimiento se extienda durante el año", declaró.

Draghi añadió, sin embargo, que el debilitamiento de la inflación "probablemente llegará a su punto más bajo en septiembre y que los miembros del consejo de gobierno del BCE reconocen que existe una solidez subyacente en la economía. "Las probabilidades estimadas de una recesión siguen siendo bajas", concluyó el funcionario, en relación a los riesgos que enfrenta la economía de la zona euro.

El presidente del BCE, Mario Draghi, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad, en Fráncfort. REUTERS/Kai Pfaffenbach

El presidente del BCE, Mario Draghi, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad, en Fráncfort. REUTERS/Kai Pfaffenbach

En un hecho que agravó las turbulencias mundiales, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó el martes con imponer aranceles a productos de la Unión Europea por un valor de 11.000 millones de dólares, abriendo un nuevo capítulo en la guerra comercial que posiblemente seguirá minando la confianza.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la economía mundial se está enfriando más de lo previsto y que una desaceleración brusca podría llevar a los líderes mundiales a coordinar estímulos.

"Ciertamente socava la confianza en general", comentó Draghi sobre las amenazas de Trump, y añadió que a veces esas declaraciones en torno a las políticas comerciales no siempre terminan en acciones concretas.

El equipo económico del BCE ha estado estudiando la posibilidad de fijar tipos escalonados de depósitos bancarios, lo que podría suponer para los bancos un alivio parcial en el coste que soportan por mantener el exceso de efectivo en el banco central.

Este sistema, similar a aquellos esquemas implementados en Japón y Suiza, entre otros países, haría más fácil al BCE mantener el tipo de depósito bancaria en territorio negativo o incluso reducirlo más, limitando al mismo tiempo el impacto sobre las entidades.

Tras apartar las reservas obligatorias, los bancos de la zona euro cuentan con una liquidez de 1,8 billones de euros (2 billones de dólares), un importe sobre el que pagan una tasa anualizada del 0,40 por ciento al BCE. Esta liquidez, derivada en parte del programa de recompras de bonos del banco central por 2,6 billones de euros, está concentrada mayormente en Alemania y Francia.

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