Este artículo se publicó hace 2 años.
El BCE podría subir los tipos de interés hasta otro 0,75% en septiembre pese al riesgo de recesión
Los responsables de la entidad monetaria debaten qué medidas tomar ante las altas cifras de inflación en la Eurozona, que alcanza el 8,9%. "El riesgo de no actuar es mucho mayor", dicen.
Jackson Hole (Wyoming)-Actualizado a
Algunos dirigentes monetarios del Banco Central Europeo quieren discutir una subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos en la reunión de política monetaria de septiembre, aunque los riesgos de recesión se estén cerniendo sobre ellos, mientras las perspectivas de inflación se están deteriorando, dijeron a Reuters cinco fuentes con conocimiento directo del proceso.
El BCE elevó el mes pasado su tipo de depósito en 50 puntos básicos, hasta situarlo en cero, en una medida inesperada, y también se prevé otra subida similar para la reunión del 8 de septiembre, en un momento en que la inflación se está acercando a los dos dígitos con unos meses por delante para alcanzar su máximo.
Aunque ningún responsable de la política monetaria ha defendido públicamente un movimiento tan significativo, las subidas consecutivas de 75 puntos básicos de la Reserva Federal de Estados Unidos y el persistente deterioro de las perspectivas de inflación en la zona del euro refuerzan los argumentos a favor de este debate. "No apoyaré necesariamente los 75, pero no hay razón para que no se discuta", dijo una de las fuentes, que pidió no ser nombrada. "Si la Fed lo hizo, no hay razón para no ponerlo al menos sobre la mesa".
Un portavoz del BCE declinó hacer comentarios. Aunque los 75 puntos básicos siguen considerándose improbables dada la esperada oposición de los dirigentes monetarios del sur del bloque, los comentarios refuerzan los argumentos a favor de una subida de tipos de 50 puntos básicos y apuntan a un impulso de línea dura en el debate.
Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE considerada de talante agresivo, argumentó la semana pasada que las perspectivas de inflación no han cambiado fundamentalmente desde el último movimiento de 50 puntos básicos, lo que se ve como un argumento para repetir un aumento de ese tamaño.
La inflación alcanzó el 8,9% el mes pasado, más de cuatro veces el objetivo del BCE, pero, en un hecho más alarmante, el crecimiento de los precios subyacentes, que filtra los volátiles precios de los alimentos y la energía, es también más del doble del objetivo. El Consejo de Gobierno de 25 miembros que decide sobre los tipos de interés aún tendrá que considerar otro dato de inflación antes de su decisión de política monetaria de septiembre.
"La inflación es cada vez más amplia y los efectos de segunda ronda son claros", dijo una segunda fuente. "Las perspectivas son mucho peores de lo que preveíamos en junio, por lo que estoy de acuerdo en que al menos deberían discutirse los 75". Los mercados ya dan por descontada una subida de tipos de 50 puntos básicos para el 8 de septiembre y ven otros 75 puntos básicos de movimientos para las dos siguientes reuniones de este año. "Para mí, 50 es el mínimo. Habrá más datos antes del 8 de septiembre, pero por ahora, veo un fuerte argumento para 75", dijo una tercera fuente.
La recesión no es un obstáculo
as fuentes añadieron que una recesión inminente en la zona euro no disminuye los argumentos para una mayor subida, coincidiendo con un reciente cambio de retórica al otro lado del Atlántico en la Fed.
Un desfile de responsables del banco central de EEUU ha señalado recientemente su disposición a subir los tipos y mantenerlos durante más tiempo para controlar la inflación, incluso si eso da lugar a una leve recesión. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha avisado que la subida de tipos de interés para frenar la inflación provocará a las familias y a las empresas "algo de dolor", durante su intervención en el simposio de política monetaria que la Reserva Federal celebra todos los años en Jackson Hole (Wyoming).
Normalmente, las subidas de tipos exacerban las recesiones y este tipo de medidas de los bancos centrales en una recesión no son bien vistas, pero el caso de Europa es único, según las fuentes. La desaceleración se debe principalmente a una crisis de la oferta (el aumento de los precios de la energía y la escasez de gas ruso) contra la que la política monetaria no es muy poderosa. "Si no se sube, ¿se abaratará la energía? No. De hecho, podría encarecerse, ya que el euro probablemente se debilitaría y la energía está denominada en dólares", añadió una cuarta fuente. "Pero si no se sube, las expectativas de inflación aumentan, por lo que habrá que hacer más después", añadió la fuente. "El riesgo de no actuar es mucho mayor".
La crisis del precio del gas también está obligando a algunas industrias a reducir la producción, lo que crea una escasez de suministros y eso también se suma a las presiones inflacionistas, añadieron.
Aun así, las fuentes reconocieron que una recesión probablemente aliviaría algunas presiones sobre los precios y podría ayudar al BCE a volver al objetivo.
Aunque las expectativas de inflación a largo plazo se mantienen en general en torno al objetivo del 2% del BCE, ahora muestran algunos signos de "desanclaje", expresión utilizada por los bancos centrales para referirse a la pérdida de confianza del público en el compromiso del banco central con su objetivo de inflación.
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