La subida de los precios del gas en Europa y la elevada demanda de electricidad en los fríos meses de invierno han dado un respiro a una central de carbón del noroeste de España, pero el futuro de sus trabajadores no está claro.

El año pasado la empresa eléctrica Endesa interrumpió durante varios meses la actividad de la central de As Pontes, en la provincia gallega de A Coruña, pero volvió a ponerla en marcha en noviembre, cuando la subida de los precios del gas hizo del carbón una opción atractiva.

Las constantes idas y venidas dejan en el limbo a empleados como Marcos Higinio Prieto, que lleva 13 años trabajando en la planta con una capacidad de generación de 1.400 megavatios (MW) "No se está haciendo una transición energética, lo que se está haciendo es un salto. El problema es que el precipicio es demasiado grande y no sabemos si seremos capaces de sortearlo", dijo.

Endesa aún no ha fijado una fecha de cierre para As Pontes, aunque España pretende cerrar todas sus centrales de carbón para 2030. Para Higinio Prieto, el cierre supondría desarraigar a su familia y aceptar otro trabajo en la otra punta del país.

"Si queremos sustituir el carbón por otra energía, implementemos esa energía y luego apaguemos el carbón, no al revés", dijo. El resurgir del carbón durante este invierno en España y en otros lugares de Europa ha contribuido a elevar el precio de los permisos de emisiones de carbono en a región, que los productores de energía y otros compran para pagar por cada tonelada de carbono que emiten. El precio se acerca a los 100 euros (114 dólares), frente a los 33 euros de principios de 2021.

Un precio más alto crea más incentivos para que los productores de energía, las empresas industriales y otros agentes contaminantes cambien a fuentes de energía más limpias. España ha expandido rápidamente su parque solar y eólico.

En los últimos siete días, España ha generado entre el 25% y el 45% de su energía a partir de fuentes renovables, según el operador de red español Red Eléctrica. El carbón ha representado entre el 1,4% y el 3,8% del total en ese tiempo.

Desde que la central coruñesa volvió a entrar en funcionamiento en noviembre, sólo se ha utilizado una parte de su capacidad de producción. Está fuera de servicio por reparaciones, pero Endesa espera reanudar su funcionamiento el 14 de febrero.

Hasta que se notifique el cierre definitivo de la planta, Prieto y sus compañeros mantendrán la instalación para que pueda encenderse siempre que sea necesario.