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La japonesa Mitsubishi falseó los datos de eficiencia energética de los motores de 625.000 minivehículos

Las acciones de la compañía se desploman un 15% en un caso similar al trucado de los motores de Volkswagen

Un concesionario de vehículos de Mitsubishi en la localidad californiana de Poway (EEUU). REUTERS/Mike Blake

AGENCIAS

TOKIO.-  El fabricante japonés de automóviles Mitsubishi ha admitido que modificó los resultados sobre eficiencia energética de 625.000 minivehículos vendidos en el país. Mitsubishi Motors es el primer fabricante japonés de vehículos en informar de mala conducta en relación con las pruebas de ahorro de combustible desde que se descubriese que Volkswagen había manipulado las pruebas de emisión de diesel en Estados Unidos y otros lugares.

La compañía nipona, que comercializó más de un millón de vehículos en todo el mundo durante el pasado ejercicio, señaló que ha paralizado la fabricación y la venta de los modelos afectados por esta modificación de los consumos de combustible, de forma que los resultados de los test reflejaron unos datos de eficiencia energética mejores que los reales.

El falseado de las pruebas tuvo lugar mediante una modificación del presión del aire aplicada a los neumáticos, lo que repercutió en los datos sobre consumo de combustible proporcionados por la empresa a las autoridades niponas sobre cuatro modelos de minivehículos (con motores inferiores a los 660 centímetros cúbicos): 157.000 unidades de los modelos ek Wagon y ek Space producidos por Mitsubishi desde 2013, y a otras 468.000 unidades del Dayz y el Dayz Roox, ambos producidos de forma conjunta por esta compañía y comercializados por Nissan Motor.

El problema fue detectado después de que Nissan encontrara inconsistencias en los datos de emisiones de sus modelos, tras lo cual Mitsubishi puso en marcha una investigación interna que detectó que las cifras habían sido falseadas.

Los modelos de minivehículos son muy populares en el mercado japonés gracias a sus bajos costes de mantenimiento, su gasto de combustible más eficiente o su tamaño reducido. 

El presidente de Mitsubishi, Tetsuro Aikawa, en el centro centro, con otros directivos de la fabritante de automóviles jaopnesa, pidiendo disculpas por los fallos detectados en sus motores. REUTERS/Toru Hanai

El presidente de Mitsubishi, Tetsuro Aikawa, en el centro centro, con otros directivos de la fabritante de automóviles jaopnesa, pidiendo disculpas por los fallos detectados en sus motores. REUTERS/Toru Hanai

La empresa apuntó que ha puesto en marcha un equipo independiente que se encargará de investigar lo sucedido. El presidente de la multinacional automovilística, Tetsuro Aikawa, que se inclinó de forma ostensible en el inicio de una rueda de prensa para informar del caso, indicó que esta conducta ha sido comunicada al Ministerio de Transporte de Japón.

El responsable de Mitsubishi añadió que la compañía ha decidido detener la producción y comercialización de todos los modelos citados y pidió "sinceras disculpas" a los consumidores afectados, para los cuales la empresa estudia ofrecer compensaciones. Seguiremos investigando qué ha pasado y quiénes son los responsables", señaló Aikawa, quien también afirmó que "teniendo en cuenta la gravedad del caso", la empresa va a revisar los datos sobre consumo energético de otros modelos exportados al extranjero, cuyos procesos de prueba varían según cada legislación nacional.

El escándalo de los test falseados hace que el valor en bolsa de la compañía japonesa caiga en 1.200 millones de dólares 

A raíz de la noticia sobre el falseamiento de los test de eficiencia energética, el fabricante nipón se desplomó más de un 15% en la Bolsa de Tokio, lo que supone su mayor caída desde julio de 2014. Eso supone perder más de  1.200 millones de dólares de su valor de mercado.

Concretamente, Mitsubishi Motors (la sexta fabricante de automóviles del mundo por capitalización bursátil) cerró con un descenso del 15,16%, que antes del final de sesión llegó a superar el 17%, hasta quedar en los 733 yenes por acción.

En 2000, Mitsubishi Motors reveló que había escondido informes de seguridad y quejas de consumidores. Cuatro años más tarde reconoció la existencia de graves problemas durante décadas. Fue el escándalo más grave de la automoción de Japón.

El pasado octubre, al hilo del escándalo de Volkswagen, el Gobierno de Japón afirmó que ninguno de los principales fabricantes nacionales de automóviles había manipulado el software de control de emisiones contaminantes de sus vehículos, tras llevar a cabo una encuesta entre las empresas del sector. 

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