Este artículo se publicó hace 2 años.
Así operan los neobancos, las entidades sin oficinas que inquietan a la banca tradicional
Las entidades que operan sin sede física -y solo a través del teléfono- captan en apenas seis años más de 50.000 millones en depósitos en España. En este país, uno de cada seis usuarios de servicios financieros ya solo opera por internet. Además, la vorac
Zaragoza-
En qué consisten los neobancos como para inquietar, más cuanto mayor es su tamaño, a la banca tradicional, hasta el punto de forzarle a abrir filiales virtuales y a ofrecer cuentas sin comisiones para evitar una sangría de clientes cuando el cobro por servicios es, precisamente, lo que mantiene a flote su negocio.
"Son bancos 100% tecnológicos, fintech y nativos digitales que carecen de sucursales físicas y que, por eso, habilitan otros canales para contactar con el cliente", explican fuentes de Asufin (Asociación de Usuarios Financieros).
"Es una etiqueta que no nos gusta pero con la que tenemos que convivir. Somos la sucursal en España de un banco con ficha alemana y con los depósitos asegurados por el Fondo de Garantía de Depósitos de ese país", señalan fuentes de N26, que en tres años se ha hecho con una cartera de 770.000 clientes.
En realidad, la denominación guarda paralelismos con aquella de la "nueva política", que englobaba realidades tan dispares como Podemos y Ciudadanos, un concepto con más de palabro que de significante y con la carga semántica más centrada en un aspecto secundario como el temporal que en lo nuclear del supuesto significado; aunque, al mismo tiempo, planteaba la aparición de algo que no acababa de casar con lo anterior o tradicional, aunque compartían rasgos, en aquel caso en el ámbito de la política y en este, en el de la banca.
¿Qué son los neobancos?
Son bancos, es decir, empresas que operan en el mercado financiero y que administran el dinero de clientes y accionistas, aunque con claras diferencias frente a los tradicionales entre las que, de puertas hacia fuera, destaca la carencia de oficinas físicas y la concentración del contacto con el cliente a través del móvil (más que del ordenador) y, hacia dentro, en cuanto al modelo de negocio, la renuncia al crédito para centrarse en la captación y la gestión de depósitos y la propuesta de cuentas corrientes sin comisiones, junto con servicios premium de menor cuantía.
¿Cuántos neobancos operan en España?
Hay una decena con sede en España, aunque la mayoría de ellos son filiales de neobancos de otros países como Alemania, Holanda y Francia. Este es el caso de Revolut, el pionero tras iniciar sus operaciones en 2014, que cuenta con 800.000 clientes; N26 tiene 770.000 y solo Qonto se acerca a los 40.000. Los españoles son Rebellion Pay, que ronda los 200.000, y BNext, que se acerca a los 400.000, mientras Divilo inició sus operaciones en diciembre, Atom, participado por el BBVA arranca ahora, y BCN10, que tiene unos 10.000, fue comprado en julio por el hólding estadounidense Synthetic Neural Labs.
¿Cuánto dinero mueven?
Poseen 2,2 millones de clientes, la mayoría de ellos particulares, autónomos y pymes. Estos gestionan, tienen depositados en los neobancos, según los datos del Banco de España, cerrados a 30 de septiembre, 52.506 millones de euros, 49.228 a la vista, 3.147 en plazos fijos y 132 en otro tipo de cuentas.
Ese epígrafe incluye, "exclusivamente, depósitos captados por banca electrónica y telefónica", explican fuentes del Banco de España, que matizan que "las mayores cantidades de este concepto corresponden a entidades sin sede física, pero también declaran importes algunas de las entidades tradicionales".
Esos algo más de 52.000 millones de euros suponen el 3,63% del mercado de depósitos del sistema bancario español, que suma 1,44 billones, y su cuota es algo superior, del 4,03%, en el segmento "a la vista". No participan, al menos por ahora aunque los planes de negocio de varios de ellos contemplan hacerlo, en la parcela del crédito, que alcanza una magnitud de 1,24 billones.
¿Cuál es su cuota de mercado?
Un reciente estudio elaborado por el observatorio Smartme les atribuye una cuota de mercado de más de un tercio en el segmento de la banca digital, ya que, siete años después del desembarco del primer neobanco en España, solo las cuatro principales entidades sumaban un 32,2% en octubre: Revolut (10%), N26 (9,3%), Rebellion Pay (9%) y Bnext (4,8%).
¿Cómo ha reaccionado a esta irrupción la banca tradicional?
Las respuestas han sido variadas, aunque la mayoría han consistido en abrir filiales que directamente operan como neobancos, caso de CaixaBank, que en dos años ha captado algo más de un millón de clientes con Imagin, o de Santander con Open; aliarse con otras entidades, que ha sido la opción de BBVA con el británico Atom (al mismo tiempo que salía del finlandés Hovli), o, también, lanzar cuentas digitales sin comisiones y sin requisitos de vinculación como domiciliar nóminas y recibos, posición que han adoptado BBVA, Santander, Sabadell y Bankínter.
¿Banca electrónica es lo mismo que neobanca?
No: la banca electrónica es un sistema de autogestión de la cuenta a través de internet que todos los bancos tradicionales, y también los nativos digitales, ofrecen a sus clientes. La diferencia es que los primeros, con las excepciones del anterior epígrafe, aplican en su banca digital las mismas comisiones, exenciones y vinculaciones a sus clientes que en el trato físico en las oficinas, mientras que los segundos ofrecen cuentas sin comisiones salvo que el usuario opte por formatos premium o a la carta.
¿Los neobancos son 'fintech' o 'start up'?
Según se mire: se trata de empresas de finanzas tecnológicas que, al mismo tiempo, desarrollan sus propios programas y aplicaciones de tecnología financiera y también se trata de empresas emergentes cuyo modelo de negocio se basa en un uso intensivo de las nuevas tecnologías, por lo que encajarían en ambas definiciones.
En cualquier caso, los eventuales debates taxonómicos sobre su encaje en esos ámbitos, que también se da en el plano teórico con entidades como Movistar Money u OrangeBank, no afecta a lo sustancial: son bancos, aunque con un modelo de negocio distinto del tradicional, lo mismo que Bizum, que gestiona quince millones de clientes con siete empleados, tiene obvias diferencias con otros servicios y pasarelas de pago tanto virtuales como presenciales.
¿Y dónde está el truco?
En la estructura de costes: el modelo de negocio de los llamados neobancos prescinde de la red de oficinas y, con ella, del personal necesario para atenderla, los dos focos en los que la banca tradicional lleva una década centrando sus recortes, pese a lo elevado de su ganancias, y en paralelo a un proceso de digitalizacióndel negocio que se ha visto intensificado con la pandemia.
N26 cuenta en España con una plantilla de 145 personas, 15 en la sede de Madrid que se centran en las áreas de gestión, márketing y estrategia, y 130, ingenieros, desarrolladores y oros perfiles tecnológicos, en el centro de Barcelona.
¿Para cuánto da el mercado de la ciberbanca?
El II Estudio sobre conocimiento, hábitos y uso de Fintech en España de Asufín incluye una encuesta según la cual el 89,2% de los usuarios realiza pagos y transferencias a través de internet y un 33,9% gestiona en la red sus inversiones y ahorros.
Otra cosa es la confianza en las empresas tecnológicas, ya que un 68,1% de ellos no la tiene frente a un 28.8% que sí se la da, aunque, al mismo tiempo, un 45,1% afirma que, "aunque no confía, las usa porque las considera necesarias".
Otro estudio, en este caso de la consultora Accenture, cifra en el 15,3%, casi uno de cada seis, el porcentaje de clientes de banca españoles que dispone de una cuenta exclusivamente digital, opción a la que considera "receptivos" a otro 32,9% para estimar el mercado potencial en un 48,2%. Ese porcentaje supera a los de Holanda (6,4%) y Alemania (10,1%) y se encuentra por debajo de los de Francia (19,7%) e Italia (26,1%).
¿Cómo ven este escenario los consumidores?
"La gente puede confundirse con los términos, pero la clave es que hay que mantener unos fundamentos de equidad, de transparencia y de igualdad en los servicios financieros, porque se trata de un servicio esencial", señalan fuentes de Asufín, que llaman la atención sobre "los riesgos de la aplicación de los algoritmos, de la posibilidad de abrir brechas con sus sesgos y del uso intensivo de la tecnología", un aspecto que hacen extensivo a todo el proceso de transición hacia la digitalización de la banca. "La transición está siendo vertiginosa, y está dejando gente atrás", advierten.
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